"Vayan a lo barroco en Austria y visiten la biblioteca de la abadía de Admont", urgió el año pasado el club de libros de Oprah Winfrey a sus dos millones de miembros.
El diario británico Daily Mirror dijo efusivamente que el sitio "puede competir en belleza con la Capilla Sixtina de Miguel Ángel".
La abadía benedictina de casi 950 años de antigüedad, a 250 km de Viena, ahora lucha en algunos día de verano por atender a todos los "influencers" y buscadores de "selfies" que quieren inmortalizarse entre sus frescos y pisos de mármol que recuerdan a la biblioteca de la película La Bella y la bestia de Disney.
Hemos logrado, con los monjes de nuestra casa, transmitir un contenido que cautiva e interesa a la gente
Monjes mediáticos
Dos de sus 23 monjes participan en la promoción en línea del monasterio, y manejan con igual soltura el concepto de "contenido" como las sutilezas de la teología, llegando a ofrecer "asesoría espiritual en línea". También ofrecen un tour virtual de la abadía.
"Hemos logrado, con los monjes de nuestra casa, transmitir un contenido que cautiva e interesa a la gente", dijo a AFP el gerente de comunicación Mario Brandmueller.
La página de Facebook de la abadía tiene 25 millones de visitas por mes, 2 mil 500 veces más que en 2018.
Lejos de ser una joya local en las montañas del centro de Austria, se ha convertido en una atracción internacional, dijo Brandmueller, con fotos y videos de la biblioteca del siglo XVIII destacada en plataformas de viaje y cultura de decenas de países.
El trabajo promocional de la abadía obtuvo un premio del gobierno austriaco por "logros especiales en el campo de las relaciones públicas y la comunicación institucional".
Pero este verano boreal, el monasterio alcanzó sus "límites organizacionales" con 15 mil visitantes por mes, según Brandmueller.