¿De qué sirve todo esto? A diferencia de las ciudades convencionales que arrollan todo a su paso, The Line respetará el 95% de su entorno, siendo así la ciudad más amigable con el medio ambiente en toda la historia. Esto gracias a su singular diseño que, tal y como su nombre lo indica, no será sino una línea que puede crecer a lo largo y alto, pero no a lo ancho. Por si esto no fuera suficiente, funcionará a base de energía renovable y no contará con emisiones de ningún tipo. Esto será posible en buena parte a que no contará con calles y por ende, tampoco con automóviles, ya que la movilidad consistirá en un tren de alta velocidad con estaciones ubicadas a un máximo de cinco minutos a pie desde cualquier punto. Los planes sugieren que este medio permitirá llegar de un lado a otro de la ciudad en veinte minutos.
The Line abordará los desafíos que enfrenta la humanidad en la vida urbana actual y arrojará luz sobre formas alternativas de vivir
Como toque final, será una ciudad completamente inteligente cuyos algoritmos usaran modelos predictivos en todo momento para descifrar el modo de mejorar aún más la vida de los habitantes de la que bien podría ser el modelo para seguir de la ciudad del mañana.
“Los diseños desafiarán las tradicionales ciudades planas y horizontales y crearán un modelo para la preservación de la naturaleza y una mejor habitabilidad humana”, aseguró el príncipe Mohammed bin Salman en comunicado. “The Line abordará los desafíos que enfrenta la humanidad en la vida urbana actual y arrojará luz sobre formas alternativas de vivir”.
Casi suena perfecto, pero no lo es.