Reacciones y ambigüedades
Aunque lo publicado por Airbnb sugiere que los cambios en su reglamento serán bien recibidos por el grueso de los usuarios, la prohibición a las fiestas ha generado controversia entre el grueso de los usuarios. Algunos visitantes y anfitriones se han manifestado abiertamente contra la nueva norma. Su principal argumento es que, si bien la plataforma es el punto de encuentro, no debía tener jurisdicción alguna sobre domicilios particulares y alegan que los festejos debían ser permitidos siempre que no afecten a otras partes. Básicamente, como cualquier persona que hace una fiesta en su casa. En vez de las decisiones implementadas, se sugieren sanciones más duras cuando los encuentros resulten en quejas o perturbaciones del orden público.
Los presuntamente beneficiados tampoco están del todo satisfechos, ya que el comunicado incluye lo que algunos consideran una complaciente trampa. Y es que mientras Airbnb prohíbe las fiestas, levanta el veto sobre las ocupaciones de 16 personas o más. Aunque el ya mencionado comunicado explica que la decisión se debe a que su listado de verano tiene “varios tipos de viviendas más grandes que, por definición, son capaces de albergar de forma cómoda y segura a más de 16 personas”, hay quienes alegan que permitir esta cantidad de huéspedes es una autorización velada a la fiesta.
El problema radica en que las definiciones son tan ambiguas que no se sabe con certeza qué se puede y no se puede hacer. ¿Es celebrar un cumpleaños o un aniversario con la familia más cercana una fiesta? ¿O poner música un poco más fuerte de lo normal? ¿Usar un karaoke con un reducido grupo de amigos? Nadie lo sabe con certeza y hasta que la empresa no defina bien sus nuevas políticas, todo será incertidumbre.
Mientras todo esto se define, la competencia directa se debate entre seguir el ejemplo de la plataforma dominante o mostrarse ligeramente menos restrictiva en beneficio de aquellos que son capaces de celebrar sin incomodar a nadie. La única certeza por ahora es que nuestros modos de viajar y reunirnos siguen cambiando para siempre.