El chef Dardano emplea distintas técnicas culinarias de la gastronomía latina y morisca, y transforma el ingrediente local, fresco, en platillos de personalidad única, que oscilan entre lo acogedor y lo exótico, mientras a simple vista resaltan por un emplatado impecable.
Para el lugar es vital ofrecer a los invitados ingredientes, no sólo del día, sino de la mejor calidad y la obtención más sustentable posible. Así, Moro trabaja con granjas, pescadores y productores locales. Por ejemplo, el menú incorpora miel de abeja melipona producida por Jorge, uno de los meseros de Moro, quíen cosecha la miel en Valladolid, a una hora de Tulum.
Estos ingredientes lucen a lo largo de tres propuestas distintas, para desayuno, comida y cena, respectivamente. El menú matutino incluye desde tostada vegana hasta el huevo de milpa. Durante la noche, el menú adquiere complejidad. Uno de los platos más emblemáticos es el Maa ́kolam Kay, pesca del día a la hoja santa con epazote, hinojo, dashi y cebolla cambray. Sin embargo, también hay una gran variedad de opciones vegetales que seguramente se convertirán en favoritas de la zona para quienes llevan dietas plant-based.
En cuanto a la ambientación, Moro resalta por sus mesas bajas iluminadas de manera tenue y rodeadas por una propuesta de diseño en la que conviven tanto piezas traídas de Marruecos como creaciones de artesanos locales, en una búsqueda de apoyo a comunidades en Yucatán y Quintana Roo. Cada elemento contribuye a la creación de una experiencia inolvidable que comienza cuando el olor a leña conquista al comensal desde su entrada al restaurante.