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Bob Blue, el hombre que añeja vino e historias en barricas de whiskey

Bob Blue llegó a Alemania como miembro del ejército. Ahí conoció el mundo del vino y regresó a Estados Unidos para crear 1000 Stories.
mar 02 marzo 2021 10:54 AM
Bob Blue, 1000 Stories, Concha y Toro
Bob Blue descubrió el vino cuando trabajaba para el ejercito.

Cuando su trabajo en el ejército se lo permitía, Bob Blue salía de su base en Alemania para esquiar en Austria y pasear en canoa. En esos viajes descubrió el Riesling, un vino suave que lo introdujo al mundo de las barricas. A su regreso a Estados Unidos, cuando pensaba que sería dentista, conoció la historia de Lucy Davis y supo que podía dedicarse al vino, a crearlo.

Esta es una de la mil historias que el enólogo tiene por contar y que ahora comparte con Life and Style en una entrevista que, por la situación mundial, se da por Zoom y no en un restaurante, como debería. Pero la charla se siente igual porque el vino es más que añadas, taninos, sommeliers y terroirs. Se trata del momento, de las historias que se comparten entre copas. No por nada su vino se llama 1000 Stories.

Este hombre, que recorrió en auto todo Estados Unidos y que ahora viaja por el mundo buscando notas, juntó todos sus recuerdos, su pasiones por el vino y hasta la historia con la llamada “mayúscula” para añejar zinfandel en barricas de bourbon.

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Su creación, con personalidad definida y a la vez sutil, quizá hasta tierna, es un buen maridaje para casi cualquier platillo –contrasta con el puerco, por ejemplo; o se muestra seco con el dulce–, pero sobre todo, su armonía es con los relatos.

1000 Stories, Bob Blue, Concha y toro
1000 Stories está comprometida con la preservación del bisonte americano.

¿Te describirías como un winemaker o un contador de historias?

Creo que cuando era más joven era un winemaker, pero es típico que cuando te haces más viejo te vuelves más un contador de historias. Entonces, la gente a mi alrededor diría que suelo contar historias. Creo que ese es el curso normal de las cosas, ¿cierto? He tenido un montón de experiencias, he visto un montón de cosas en la industrial vinícola... caminar entre los viñedos, hablar con la gente que cultiva las uvas la que se involucra en el vino sabe mucho de historia… Todo eso viene a soportar los vinos que estamos haciendo en 1000 Stories.

¿Cómo empieza tu historia?

Mi papá era maestro de historia; había nacido en la ciudad de Nueva York, pero vivíamos en California. Para ver a mis abuelos, teníamos que manejar a lo largo de todo el país. No teníamos mucho dinero, así que acampábamos y visitábamos todos los sitios históricos así que tengo un profundo sentimiento por la historia. Este proyecto me envuelve por completo.

Hasta donde sé, tú familia no solía tomar vino, ¿cómo fue entonces que te acercaste a este mundo?

Mis padres, por razones religiosas, no bebían, entonces nunca estuvo en mi experiencia, pero crecí en un área de agricultura. No había tantas uvas, sino peras, pero se empezaban a plantar los primeros viñedos de la región. Mi experiencia vino de viajes internacionales; cuando era joven, después de la preparatoria, decidí enlistarme en el ejército. Afortunadamente, mi base estuvo en Núremberg, Alemania; trabajaba y vivía en un enorme hospital. Fue una gran experiencia porque, después de haber crecido en un pueblo muy pequeño, ir a Europa a vivir era ir de la vida del campo a la ciudad. Vivía en el centro de Núremberg y, por supuesto, cuando vives ahí te acercas a la cultura, tienes la oportunidad de viajar. En Alemania puedes beber buen Riesling, por supuesto cerveza, y la comida puede ser muy rica. Íbamos a esquiar a Austria, comprábamos varias botellas de Riesling y nos subíamos a un gran camión. Dábamos paseos en canoa, lo cual es muy romántico pero también muy divertidos. El Riesling es muybueno para adentrarse en el mundo del vino porque generalmente es dulce y refrescante, también puede ser muy complejo, así que fue una excelente forma de acercarme al vino. Vino y comida en la cultura, ahí es donde empezó todo.

Y luego volviste a Estados Unidos…

Cuando regresé, pensaba en trabajar como dentista. Ese era mi interés porque había trabajado en esa área en el ejército. Para hacerme dentista, estaba tomando cursos de ciencia; de pronto, vi en la televisión a la winemaker Lucy Davis y quedé en shock. La industria del vino era muy pequeña en California; ahora es enorme, como de 44 mil millones de dólares, más grande que Hollywood. Pero en ese momento era pequeña y yo ni siquiera pensaba en ello. Cuando descubrí que de hecho puedes adiestrarte para convertirte en winemaker pensé que era la cosa más maravillosa. Así es como comencé. Y como quería volver al pueblo, la elaboración de vinos era la mejor manera de hacerlo.

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¿Qué encontraste sobre el vino alrededor del mundo? ¿Porqué la gente se siente tan conectada al vino, a las conversaciones con copa en mano y a las historias?

En mi experiencia en Europa es que la idea de ir a un restaurante con tus amigos, el vino es como un lubricante: relaja a la gente, les permite abrirse, hablar, estar más cómodos y creo que a mucha gente esto le puede ser fácil de hacer, pero hay otras a las que les es más difícil. El vino es una forma de disfrutar. Lo puedes tener con la comida y como una experiencia. Tienes una forma de abrir las cosas y esas experiencias se convierten en algo memorable. Piensas en ello al otro día, en el tiempo tan lindo que tuviste y que viste a tus amigos. Puede ser muy importante. En estos días vivimos en un contraste porque es más difícil estar juntos, ¿cierto? Piensas en el vino como el centro de algo que, de alguna forma, como que perdimos. Así que, sí, el vino es importante culturalmente; es un puente entre brechas.

Bob Blue, 1000 Stories
1000 Stories se elabora con zindanfel, cepa nacida en Croacia.

¿Qué tipo de historias tenías en mente cuando creaste 100 Stories?

Cuando pensamos en el concepto de introducir el bourbon en las barricas, recordé algunas experiencias que tuve cuando era joven. Por razones económicas (en Estados Unidos) y como la industria vinícola no era tan grande, conseguir barricas francesas no era tan fácil; era más barato conseguir barricas de bourbon. Cuando empezamos el proyecto, pensamos en usar estas barricas, y la gente parecía estar más dispuesta, porque, si ves, hay bourbon en barril de jerez o de pinot noir, o que hay cervezas que usan barricas de bourbon. La gente estaba más abierta a experimentas, así que cuando tomamos la decisión de trabajar así, y fuimos los primeros en hacerlo en Estados Unidos, me interesé en la historia del bourbon. Hay una cosa interesante, creo que es una bebida que llegó en su momento. Hay espíritus hechos de maíz, que es algo que los indígenas dieron a América. Hace 200 años, no teníamos contenedores de plástico, entonces se usaban los barriles para guardar comida o líquidos; los barriles eran contenderos para las tiendas. El alcohol se metía en los barriles y por supuestos que le daban sabor al alcohol. En un área de Kentucky se dieron cuenta de que si quemaban los barriles tenían mejor calidad al bourbon. En algún punto, esos barriles fueron enviados al sur por el río Misisipi hacia Nueva Orleáns, y los francés –que tomaban como locos–, no tenían Advil ni Aspirinas, así que todo lo curaban con alcohol. Con el paso del tiempo, la bebida se convirtió en algo… Para mí, hubo una mejora natural en cuanto al bourbon.

¿Y ahí es donde entra la cepa zinfandel?

La zinfandel es una uva que no es tan conocida como la carmenere de Chile o malbec en Argentina. En California es conocido y es una uva de mesa. No es muy conocida porque llegó de Croacia a Nueva York y Boston, a los jardines botánicos, y durante la Fiebre del Oro llegó a California y se convirtió en la uva más común. Realmente no lo logra en muchos climas, pero en California, como es muy seco, lo hace. Tiene notas de frambuesa que, al mezclarlas con el bourbon, es la combinación perfecta. La historia del borboun y el zinfandel fue en lo que pensaba al crear 1000 Stories. Además, iba muy bien con mi historia de recorrer el país y usar el bisonte como símbolo.

Recientemente, en México se avistaron bisontes al norte del país después de cien años como esfuerzos por preservarlo. 1000 Stories también apoya en la preservación de este animal, ¿por qué?

Contribuimos a la Sociedad de Conservación de la Vida Salvaje, específicamente a favor del bisonte, para que tengan espacios abiertos. Hacemos contribuciones porque es simbólico. Cuando piensas en Norteamérica, es un animal dominante. Bourbon, zinfandel y el bisonte me parece que se acoplan muy bien. Me hace sentido. Y en cuanto a Concha y Toro, el CEO estaba leyendo mucho sobre la historia de Estados Unidos, creo que quedó fascinado por lo gigantesco del animal. Yo he ido a Yellowstone y siempre es asombroso verlos.

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