"500 por hora equivale a 4,500 en un día", dice Catherine Pégard, quien dirige este sitio, considerado como una de las más hermosas realizaciones del arte francés en el siglo XVII. A modo de comparación, en junio de 2019 hubo 27,000 visitas en un día.
La emisión de boletos, en los que figurará la hora de entrada, ayudará a regular los flujos. Por ello se alienta a los visitantes a comprar sus entradas en línea.
Dentro del palacio, el uso de cubrebocas será obligatorio para todas las personas de más de 11 años y se deberá respetar una ruta marcada en el piso para evitar cruzarse.
Reconstruir un modelo económico
No obstante, los turistas extranjeros no podrán visitar el palacio en sus primeros días de reapertura.
Antes de la pandemia, 80% de sus ocho millones de visitantes anuales venían del extranjero y el palacio funcionaba en un 87% gracias al autofinanciamiento (70% de sus recursos provenían de la venta de boletos).
"Un modelo económico se ha derrumbado" y solo se podrá levantar "gradualmente y diversificando aún más" la oferta a los visitantes, dijo Catherine Pégard, que espera contar con el apoyo del estado francés en este período complicado.