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Razones por las que tus crudas duran 2 días

Te explicamos, a detalle, los motivos por los que pagas con una mañana de terror una noche de tragos con tus amigos.
mar 25 diciembre 2018 10:49 AM

Hay momentos en los que la vida hace todo para recordarte que ya no tienes veinte años: memes indescifrables, carteles de festivales en los que sólo conoces una banda, y la más contundente de todas: crudas que duran mucho más de una tarde.

Desde un punto de vista médico, es poco el nivel de comprensión que se tiene sobre la intensidad y duración de las crudas. Sin embargo, uno de los factores más importantes es que el hígado tiene que trabajar extra para procesar el alcohol y descomponerlo en acetaldehído –una sustancia tóxica para el ser humano–, y posteriormente en acetato .

Entonces, si tomas de más, o bien, si tienes problemas en el hígado, esa primera conversión no se hace tan rápido como debería... y el resultado ya lo conoces. Hay otros factores que influyen y que seguramente no contemplas. Si tus crudas duran más de lo habitual, seguro es por una o más de estas razones:

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Tenías el estómago vacío

Beber irrita el revestimiento estomacal, lo que provoca nauseas, dolor abdominal o vómito. Para mitigar el efecto, ayuda comer cosas grasosas antes de beber. Pero ojo: eso no es una solución definitiva ni infalible. Contrólate.

Eres sensible a alguna sustancia y no lo sabes

Pasa mucho más seguido de lo que crees. La cerveza, por ejemplo, tiene gluten, los mezcladores tienen mucha azúcar y los vinos tienen sulfitos. Hay muchas tendencias de sensibilidad hacia estas sustancias, y sus efectos contribuyen a la sensación de cruda, aunque sólo tomes un trago .

Tu licor de preferencia es oscuro

El proceso de obtención de alcohol libera unas sustancias residuales llamadas congéneres, que al descomponerse producen sustancias tóxicas, que, como seguramente adivinaste, causan algunos síntomas de la cruda. La regla es esta: mientras más oscuro sea el licor de tu preferencia, más de estas sustancias contiene. El orden, de mayor a menor, es este: coñac, vino tinto, ron, whisky , vino blanco, mezcal, ginebra y vodka.

Estás tomando alguna medicina

El hígado y los riñones procesan muchas de las medicinas que consumes. Si pusiste atención en clases de biología, sabrás que esos mismos órganos son los que procesan el alcohol. Metabolizar las dos cosas al mismo tiempo tiene consecuencias indeseables –sobre todo si se trata de antibióticos, medicinas para la presión, antidepresivos o Paracetamol –, como nauseas y daño al hígado.

No tomaste suficiente agua

El alcohol en sí es diurético. Ahora, imagina si lo tomas en exceso: deshidratación garantizada. A eso suma la descompensación de minerales que ocasiona la pérdida de fluidos y electrolitos. Has escuchado mil veces el secreto para evitarlo, y seguramente no lo estás siguiendo: por cada trago que consumas, toma un vaso con agua. De la misma manera, al día siguiente oblígate a tomar mucha agua .

No dormiste bien

Tomar un trago o dos da sueño, sí, pero no te ayuda a dormir profundamente, como deberías. Usualmente, el alcohol causa episodios de sueño intermitente. Así, mientras más bebes, peor duermes y al día –o días– siguiente te sientes fatal.

Estás envejeciendo

Alguien tenía que decírtelo. No es lo mismo desintoxicarse a los 20 años que a los treinta y tantos (es más, ni a los 25). A medida que el cuerpo envejece, su habilidad para procesar el alcohol disminuye. Por eso, no es sorpresa que dos tragos se sientan como cinco.

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