¿Shake Shack arrasará con la competencia?
La llegada de Shake Shack a México es inminente y aunque para muchos fue una buena noticia, algunos medios empezaron a preguntarse si todas la cadenas de comida rápida tendrían que darse por bien servidas y retirarse ante una competencia difícil de ganar. Nada más lejano de la realidad, aquí te explicamos por qué.
Shake Shack fue creada en 2004 y desde el primer momento, se distinguió de cualquier otra cadena de hamburguesas por varios factores que incluyen el uso de ingredientes de primera calidad y por el fabuloso sabor de sus hamburguesas, papas fritas y malteadas. No había nadie que se le comparara y por eso se volvió una marca de culto que pronto amplió sus fronteras hasta distribuirse por todo Estados Unidos y el resto del mundo.
No podíamos esperar nada más que éxito de la mente detrás del emporio, Danny Meyer, uno de los restauranteros más respetados de Nueva York , fundador de Eleven Madison Park y Gramercy Tavern.
Shake Shack no terminará de tajo con la competencia por algo muy sencillo: su precio. Si hacemos cuentas, en Estados Unidos una comida completa es una inversión considerable que llega a los 11.87 dólares, o lo que es lo mismo: casi 222.65 pesos mexicanos. Si desglosamos el menú básico, estamos hablando de comer una Shack Burger sencilla de $5.69 + papas fritas por $2.99 y un refresco mediano de $2.39, todo esto más el impuesto, que para este cálculo utilizamos el de California de 7.25% (cada estado tiene un impuesto diferente).
Pero la realidad es que nadie va a Shake Shack por una comida sencilla. Así que si hacemos el combo Shack Burger, cheese fries y shake, el monto del menú asciende a 16.05 dólares, o 301.06 pesos.
En México, gastar esta cantidad en una comida rápida no resulta nada barato por lo que concluimos que habrá competencia para rato.