Pastelería Mallorca, el lugar que debes visitar en México si amas Madrid
Omelette con hoja santa, queso de cabra y flor de calabaza para desayunar, después de un delicioso Tortel de mazapán. Para comer, un Bocadillo de jamón serrano y, como postre, un Mil hojas de vainilla. Para la cena, un Risotto cremoso de trufa con crocante de parmesano… ¿Se te hizo agua la boca? Sigue leyendo para enamorarte, aún más, de Madrid.
Nacida en España en 1931 bajo un concepto de panadería familiar, la Pastelería Mallorca llegó a la Ciudad de México con una oferta fresca y enriquecida, que encuentra un balance exquisito entre lo dulce y lo salado sin perder de vista su base tradicional.
El espacio, en el que predominan la madera y el color rojo, reúne un restaurante y una tienda con una amplia selección de productos españoles de la mejor calidad. Los ventanales del suelo al techo permiten que entre la luz natural, creando un espacio cálido y con tintes hogareños en el que resaltan los colores de la comida.
La oferta de panadería de Mallorca reúne a clásicos internacionales, como el croissant, con íconos mexicanos, como la concha, y españoles, como el tortel y la ensaimada. El pan se elabora de manera artesanal, llenando el espacio de olor a uno recién horneado y asegurando la perfección en la textura, la temperatura y el sabor.
En la pastelería se encuentran atractivas creaciones como Mil hojas de frambuesa, tarta de fresas con mascarpone y Mousse de tres chocolates, en tamaños de una, ocho y doce raciones.
La oferta gourmet salada reúne jamones, embutidos y quesos, mientras que la cocina preparada al momento ofrece bocadillos, sándwiches, queches, empanadas, croquetas y platillos con toques mexicanos. Gracias a esta dualidad de tradiciones gastronómicas, se puede disfrutar desde una Tortilla de patatas hasta unos Chilaquiles en tortilla de nopal y salsa morita.
Conoce la pastelería en Avenida Explanada 710 y síguelos en Instagram.
**El esfuerzo por tener pan fresco en cualquier momento del día implicaría que una parte de este se desperdicie. Sin embargo, toda la panadería sobrante en Mallorca se dona a una organización que la reparte en orfanatos y asilos.