Un día de comida chatarra puede ser más peligroso de lo que crees
¿Qué tanto es tantito? Te preguntas mientras esperas un platillo que brilla por su contenido calórico después de un ‘estricto’ régimen alimenticio en la semana. Pues bien, la respuesta es demasiado.
Sí, es una realidad que los fines de semana, para todos los que hacen dietas, son los días en que, irónicamente, consienten a su cuerpo con comida deliciosa, grasosa y prohibida dentro de una dieta regular. Y no está mal.
Hacer una dieta no significa que te despidas para siempre de los antojos que más contenido calórico tienen; sin embargo, tampoco se debe abusar de ellos en los días en que tengas permitido romper el balance por una simple razón: son sumamente dañinos, y más cuando se convierte en un hábito.
De acuerdo con una investigación de la Universidad de Loughborough, ubicada en el Reino Unido, los atracones de un día reducen los niveles de insulina de manera significante. El estudio se basó en los resultados que aportaron 15 personas que mantienen un nivel de vida saludable. Los investigadores pidieron a estas personas que ingirieran, por un día, 78 por ciento más calorías en forma de embutidos, tocino, huevos, sándwiches de queso, hamburguesas, muffins, etcétera.
¿Cuál fue el resultado? La reducción de insulina en un 28 por ciento . El cuerpo, para convertir la comida en energía, necesita ciertas cantidades de insulina, y si el páncreas necesita producir más para hacer su trabajo, se puede correr el riesgo de convertirse en diabetes tipo dos.
Un día de comidas altas en grasa representa una sobrealimentación que desequilibra todo tu sistema. Moraleja de la historia: comer pizza no es sinónimo de diabetes, pero sí puede afectar tu salud a largo plazo.