Hablando al chile: un paseo por el mundo según su picor
Jerk, Jamaica
Creado por los esclavos que seguían la tradición africana de adobar las carnes con especias (pimienta, clavo, ajo, pimientos habaneros, canela, nuez moscada, tomillo). Cuando Cristóbal Colón desembarcó en Jamaica en su segundo viaje a las Américas, los arawak –habitantes originales de la isla– secaban la carne al sol y la ahumaban para que se conservara más tiempo. Éste es el origen del jerk, el plato nacional jamaicano por excelencia.
Mole, México
Una salsa hecha a base de diversos chiles, ajonjolí, cacahuate y chocolate, que mezcla sabores prehispánicos y fue perfeccionado en la Colonia. El mole es uno de los platillos que mejor representan la gastronomía mexicana. Su origen se remonta a la época prehispánica y su nombre viene de mulli, término náhuatl que significa mezcla.
Tom Yan Gung, Tailandia
La sopa es una mezcla de gambas, lima, limoncillo y una gran porción de guindilla, un chile seco de color rojo, parecido al chile de árbol en México. La cocina tailandesa está considerada como una de las más exquisitas del sudeste asiático, gracias a platos como el Tom Yum. Su presentación es diversa: tom yum gai, de pollo; tom yum pla, de pescado; tom yum thale, de frutos del mar, o la más popular, tom yum kung, de gambas.
Mao Xue Wang, China
Un caldo concentrado en chiles y pimienta de Sichuán, acompañado por sangre cuajada, vísceras, anguila y otros singulares ingredientes que hacen este platillo una experiencia única para paladares aventureros. El Mao xue Wang (significa, literalmente, espectáculo de sangre y piel): un caldo humeante que hoy se sirve en todos los restaurantes de cocina de la región.
Laksa lemak, Singapur
Una popular sopa cuya base es el chile, acompañada de nuez de la India, marisco, coco y fideos de arroz. Esta sopa endemoniadamente picosa se sirve en cada barrio singapurense. No es ligera al paladar, la mano cargada de especias promete una pastilla antiagruras al final.