En el papel, el encuentro entre Bélgica y Japón lucía inclinado al lado belga, pero gracias al misticismo que rodea las canchas de futbol, el conjunto asiático estuvo cerca de dar la campanada en los Octavos de Final .
Durante 69 minutos, los japoneses estuvieron calificados , pero en tres campanadas, la última de ellas una verdadera obra de arte, la escuadra dirigida por Roberto Martínez Montoliu obtuvo su pase a la siguiente ronda.
Genki Haraguchi (48’) y Takashi Inui (52’) tenían al frente a su selección, sin embargo, dos cabezazos, uno Jan Vertonghen con mucha suerte y otro de Marouane Fellaini empataron el marcador.
Cuando todo parecía listo para el tiempo extra, llegó una demostración de clase , y desconcentración, que todo deportista amateur debe ver una y otra vez.
Thibaut Courtois comenzó la jugada con un despeje a los pies de Kevin De Bruyne, quien con una conducción perfecta, llevó el balón a territorio rival, leyó perfecto a la defensa rival y habilitó a Thomas Meunier. El playera 15 entró al área y con una diagonal dejó completamente solo a Nacer Chadli , quien únicamente tuvo que empujar el balón después de una finta de Romelu Lukaku.
Sin duda, una jugada que describe el contragolpe perfecto y que tiene en la siguiente ronda a la selección de Bélgica.