¿Los videojuegos son el origen de la violencia?
La tragedia ocurrida el pasado 26 de agosto en la que David Katz , de 24 años, disparó a otros participantes, después de perder un torneo de Madden 19 en Jacksonville, Florida, reabre la eterna discusión sobre si los videojuegos son los detonantes de los actos violentos.
Con mucha frecuencia, se responsabiliza a las consolas de video de algunos de los males sociales contemporáneos. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump sugirió que eran los causantes de la violencia entre los jóvenes en unas declaraciones posteriores a un tiroteo en un colegio de Florida a principios de este año.
Lo cierto es que la ciencia no ha encontrado una relación contundente entre estos dos fenómenos. Estudios desde diferentes enfoques niegan que los videojuegos que muestran de forma explícita formas de brutalidad o uso de armas simuladas estén enteramente ligados con los motivos que impulsan a un adolescente a abrir fuego contra sus pares.
Un estudio realizado por Christopher J. Ferguson de la Universidad de Stetson, analizó en un primer momento la relación del cine y la violencia ocurrida en la vida real. Posteriormente, realizó este mismo ejercicio a partir de los videojuegos en relación con las cifras de crímenes cometidos por adolescentes en los Estados Unidos.
El resultado asegura que entre 1996 a 2011 el número de videojuegos con contenido violento creció mientras que los casos de violencia ejercida entre jóvenes y adolescentes disminuyó. Violencia real y ficticia no son directamente proporcionales, según esta investigación.
Otra investigación reciente, publicada en la revista Psychology, concluye que no existe una reducción en la empatía de las personas que dedican muchas horas a videojuegos con escenas de brutalidad. La prueba empleada en esta prueba se basó en la resonancia magnética para medir respuestas a impulsos emocionales en situación que demandaban su empatía. No se encontró diferencia entre personas que llevaban años jugando y los que nunca se había expuesto a estos contenidos.
Estas opiniones de los estudios científicos hacen pensar que sobre los videojuegos solo existe un prejuicio mucho más relacionado con la imagen colectiva que existe con ellos y que apareció desde mediados de la década de los años 70 con la aparición de juegos como Death Race donde los usuarios tenían que eliminar a una especie de pequeños hombrecillos que lloraban cuando un tanque los aplastaba.
Las consolas cargan con otros prejuicios. Se les acusa de causar el sedentarismo culpable de la obesidad y el aislamiento social que deviene en depresión en los jóvenes y adolescentes. Pero, si lo pensamos con detenimiento, leer un libro o armar un rompecabeza, podría generar los mismos efectos. Simplemente hablamos de reputaciones distintas.