Una mujer perdió su empleo por publicar una foto en Facebook
Rachel Burns era la directora de Park Hall, una casa de cuidado para adultos mayores y en situación vulnerable en Reigate, Surrey, al sur de Londres. Ahí trabajó durante 21 años, hasta diciembre de 2015.
Cada viernes, Burns organizaba una noche musical, los residentes vestían de manera especial y algunas interpretaban canciones. Una de esas noches, Rachel regresó a su casa y subió algunos de esos momentos a su Facebook, como cualquiera suele hacer.
Dos meses después, fue llamada de la oficina central de la empresa a donde debía acudir. Cuando llegó y vio las caras de sus empleadores, se dio cuenta que algo había hecho mal. Le dijeron que fue un error publicar una foto en Facebook porque aparecía un residente de Park Hall que tenía síndrome de Down, además, también subió un video y entre sus contactos de la red social estaba un familiar de otro de los residentes.
Todo esto fueron violaciones a las normas del Consejo del Condado de Surrey, así que Burns fue suspendida de su empleo dos días después. Ella quiso apelar porque no sentía justo que su carrera de 21 años iba a terminar así, aunque reconoció que fue un error difundir la imagen y el video en Facebook.
Su apelación fue denegada y le dieron dos días de plazo para que aceptara un descenso tanto en puesto como salario o ser despedida. Ella pidió tiempo para pensar las cosas pero tampoco se lo concedieron. Justo en esos días fue diagnosticada con estrés y ansiedad por lo que, aunque recibió una llamada para que dijera cuál había sido su decisión, ella dijo que su médico no creía que pudiera tomar una elección tan importante para su vida en ese momento.
La empresa la amenazó con despedirla en caso de no aceptar el descenso, ella ganaba entonces casi 59,000 dólares al año. Al día siguiente recibió una carta que decía: "Lamento que hayas decidido aceptar el despido".
En otoño de 2016, Rachel acudió al tribunal laboral del Consejo del Condado de Surrey para acusar despido injustificado. Su defensor fue su amigo, un reverendo. Para echarle más leña al fuego, su esposo estuvo enfermo, ya que padeció un tumor cerebral durante cuatro años y ahora camina con bastón, sin poder trabajar, mientras que ella no encontraba trabajo.
La empresa quiso llegar a un acuerdo y darle a Burns la irrisoria cantidad de 9,800 dólares. Entonces se fueron a juicio. Las deudas crecieron y para junio de 2017, estaban al borde de la bancarrota. Luego de mucho tiempo, el tribunal falló a su favor, el despido fue injustificado.
El 13 de noviembre habrá una audiencia de reparación y ahí se decidirá el monto con el que será compensada. Ella teme que sea muy poco, ya que hasa el momento ha acumulado deudas por 65,500 dólares más 14 meses de retraso en el pago de la renta de su casa.
Y como último dato, Park Hall concluyó labores el 30 de junio por decisión del Consejo del Condado de Surrey de cerrar operaciones de los seis hogares de cuidados que le pertenecen, por lo tanto, los residentes fueron reubicados.