Marilyn Monroe fue la musa que Andy Warhol nunca logró retratar
¿Se puede analizar el cine Hollywoodense del siglo XX sin mencionar a Marilyn Monroe ? La respuesta es no. De la misma forma, es imposible hablar del movimiento Pop Art sin hacer referencia a Andy Warhol .
Podría decirse que Warhol fue para el arte moderno, lo que Monroe fue para el cine de los 50. Ambos icónicos, disruptivos y para algunos, adelantados a su época.
Las historias entre estas dos leyendas se cruzaron porque la actriz quedó inmortalizada en obras emblemáticas del pintor como: Marilyn Dorada, Díptico de Marilyn, Marilyn en Naranja y Shot Marilyns. Sin embargo, contrario a lo que muchos creerían, Warhol jamás la retrato en persona.
Una foto publicitaria, la fuente de inspiración de Andy Warhol
Todo comenzó en 1962. En aquel año Andy Warhol comenzaba a experimentar con la serigrafía, y unos meses después de hacerlo fallecería Marilyn.
“Después de su trágica muerte en 1962, Warhol realizó una serie de pinturas rindiendo tributo a Marilyn Monroe”, así lo explica la página oficial del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). “Basó estos retratos en una imagen publicitaria de la película Niagara de 1953”.
Luego de que falleció la actriz, Estados Unidos y el resto del mundo se obsesionaron aún más con los mitos alrededor de su imagen. Sin embargo, los críticos consideran que nadie logró capturar la esencia de estos misterios mejor que el maestro del Pop Art.
“Warhol vio en Monroe todo: las promesas, belleza, placer, fama y tragedia que Estados Unidos fue capaz de crear en los 60”, así lo explicó el crítico de arte Roger Kamholz en su artículo Andy Warhol and Orange Marilyn. “En sus retratos [Warhol logra capturar] las múltiples máscaras y disfraces que parecían obscuras, pero protegían y definían a Monroe: la actriz, el sex symbol, la inocente ingenua y el producto de Hollywood”.
Sobre la relación entre Warhol y Marilyn antes de su muerte se sabe poco. Además, el artista no habló mucho al respecto. Solo en 1966, cuando expresó en entrevista su admiración por la actriz.
“Marilyn me fascinaba, al igual que al resto de Estados Unidos. Hice cerca de 40 pinturas sobre ella”, esto explicó el artista a los periodistas Sterling McIlhenny y Peter Ray. “La mayoría se encuentran en galerías y colecciones privadas. Pero aún conservo algunas para mí”.
Al final, la historia real detrás de esta pintura siempre guardará un poco de misterio, pero es parte de su esencia porque como bien dijo la periodista Isabella Geist “la ironía de las pinturas de Marilyn de Andy Warhol es que son piezas icónicas sobre un ícono creadas por un ícono”.