Uno de los momentos que marcó su vida fue un viaje a Nueva Zelanda cuando tenía 18 años, época en la que deseaba dedicarse profesionalmente al rugby. Una escala de tres días en Singapur le dio la oportunidad de conocer a personas totalmente diferentes, que hablaban otro idioma y comían cosas distintas, que escuchaba otra música y se emocionaban ante expresiones culturales diversas. “Eso me enseñó lo maravilloso que es conectar con otra gente”, añade.
Con el paso de los años, Jauncey fue capaz de convertir estas dos pasiones (los viajes y el cuidado de la naturaleza) en una exitosa empresa que asesora a negocios y destinos para desarrollar innovadoras estrategias de generación de contenidos en las redes sociales. Esto también lo ha llevado a ser embajador de organismos como el World Wildlife Fund (WWF) y Gold Standard.
Eso me enseñó lo maravilloso que es conectar con otra gente
Con Panerai encontró un punto en común en su deseo por educar e inspirar a los viajeros y los compradores con sus creaciones. “Cuando nos damos cuenta del papel de la marca en la cultura y el imaginario colectivo, entonces podemos entender la importancia que tiene que le digan a la gente: ‘Sí, vamos a darte relojes hermosos e increíbles, pero lo haremos de tal manera que tendremos un efecto positivo en el medio ambiente’. Eso puede influir a la gente de forma muy positiva”, asegura.
Con estas afirmaciones, Jauncey hace referencia a las prácticas que Panerai ha desarrollado como respuesta a la preocupación de sus compradores por el cuidado del planeta y por reducir su huella ambiental. “Han pasado los últimos tres años creando todo un proceso de manufactura que implementa el uso de materiales reciclables y la creación de toda una cadena de suministro, única en la industria relojera. Lograr que todo esto esté disponible para todos me parece increíble”, concluye.