Montblanc se inspira en carreras de autos para un nuevo reloj
El taller exclusivo de Minerva trascendió el tiempo gracias a su precisión para medir intervalos breves, como los necesarios para las carreras de autos. El “Rally Timer” se convirtió en uno de los relojes líderes para cronometrar rondas de automovilismo y el legado de la casa creció hasta tener fama mundial.
Con esa tradición en mente, la Colección Montblanc TimeWalker refuerza el legado ‘racing’ al combinarlo con exclusivos colores y materiales que reúnen la innovación resultante de varias patentes registradas para temporizadores de precisión.
Minerva, fundada en 1858 en Villeret en el Valle de Saint-Imier, se ha especializado en la precisión y desde 1908 producía relojes con cronógrafo y cronómetros que medían cortos intervalos, como 1/5 de segundo (conseguido en 1911), aunque su desarrollo continuó hasta conseguir 1/100 en 1936, lo que les dio fama mundial.
Con varios de esos avances y la tradición de Minerva, la Colección TimeWalker muestra una pieza masculina, llena de tecnología, desempeño y apariencia ‘racing’, que nos lleva a la época dorada del deporte motor.
La esfera, con su nuevo fondo color café, está embellecida por las agujas, la escala de minutos, los números e índices, todos en plaqué oro rosa, lo cual resalta los contadores de cronógrafo de 30 minutos y 12 horas verticalmente alineados que son una reminiscencia de los tableros de los autos de carreras clásicos.
El contraste de colores refuerza el rendimiento dinámico del reloj y subraya su elegancia deportiva. Otros detalles distintivos incluyen una aguja central roja que registra los segundos del cronógrafo y una punta que ha sido esculpida en la forma de la flecha de Minerva, símbolo icónico de la casa y guiño al legado y la herencia de la manufactura. Para tener la mejor legibilidad tanto de día como de noche, las agujas dauphine, los índices y las marcas de cinco minutos en plaqué oro rosa han sido revestidos con Super-LumiNova.
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La caja es de oro rosa de 18K, de 43mm, con acabado satinado, para dar mayor aspecto de automovilismo, algo que se mantiene en cada una de las líneas de diseño, que nos evocan las tomas de aire de las carrocerías de los autos de competencia , los interiores de aquellos autos clásicos, y hasta la tapa trasera nos recuerda las ventanas de vidrio que protegen a los poderosos motores V12.
Con todos estos elementos, la colección se convierte en un nuevo referente para Montblanc y su gran pasión por el automovilismo.
