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Alec Baldwin nos cuenta qué piensa realmente de Trump

Nos sentamos a platicar con el actor que desafía cada sábado al presidente de los Estados Unidos.
vie 02 junio 2017 07:00 AM
SNL
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Sueles interpretar a todo tipo de jefes, incluyendo a los de estado....

Es difícil de decir cuándo crucé esa linea en la que empecé a interpretar a la persona con autoridad, al jefe duro. Muchos actores que son muy exitosos, como Tom Cruise o Tom Hanks, no quieren encarnar a esta gente con valores negativos. Quieren hacer del héroe, alguien con quien la audiencia se identifique.

Cuando te conviertes en la persona que hace esos papeles, entre otras cosas porque te salen bien, nunca te van a faltar propuestas para que lo hagas. Todo el tiempo me lo están proponiendo. Mis amigos suelen preguntarme cuál es mi papel soñado, y yo les digo que Boo Radley, el personaje de Robert Duvall en Matar a un ruiseñor, alguien dulce y vulnerable.

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Ya que has hecho Boss Baby, ¿cómo te imaginas a Donald Trump cuando era bebé?

Supongo que era un bebé muy triste, o a lo mejor, era todo lo contrario, un bebé muy feliz. Y luego algo ocurrió, como con Rosebud en El ciudadano Kane. Todo era felicidad y alegría y de golpe se terminó por alguna razón. Y él no estaba listo para que eso ocurriera. Por eso se lanzó a construir Xanadú y a perseguir sus sueños a través del dinero y el poder. Es cierto que los norteamericanos siempre nos hemos obsesionado con todo aquel que llega a la Casa Blanca y también con quienes lo intentan y no lo logran. Se ha estudiado muchísimo a cada presidente a medida que fue desarrollando su gobierno. Pero yo nunca he visto nada como lo que está pasando con Trump. Hay muchas cosas que yo podría decir con respecto a las políticas que está implementando, pero creo que lo más importante que hace el presidente es establecer el tono de su gobierno.

Donald Trump Parody
Alec Baldwin

Uno espeararía que él ayude a que la gente se relaje y se concentre en su propia vida. El gobierno tiene sus responsabilidades y si yo fuera presidente, querría que la gente se pudiera concentrar en lo suyo y que sintiera que yo los respaldo. Mi trabajo sería lograr que la gente se pueda ir a su casa y ocuparse de ser buenos padres para sus hijos, mientras yo me preocupo de que todo funcione bien. Eso es para mí el gobierno. Pero Trump ha hecho exactamente lo opuesto. Aún sus propios seguidores viven tensionados, están llenos de miedos y de dudas. No les ha dado una sola dosis de seguridad y sólo se ha ocupado de los intereses creados que lo pusieron en el poder para llenarse los bolsillos gracias a él. Como la NRA, que consiguió que relajaran todos los controles de ventas de armas. Todo pasa por las ventas. Insisto, yo nunca he visto algo así en mi vida.

Han habido presidentes norteamericanos que han tenido una luna de miel muy corta pero nunca vi a uno que no la tuviese. Desde el momento en que abrió su boca en el discurso inaugural, fue como que el aire se escapó de un globo. Me parece asombroso lo que ha pasado desde entonces. Dudo un poco antes de hablar, porque vivo en un mundo en el que todos asumen que yo soy 10 veces mas rico que la mayoría de la gente, y que tengo un estilo de vida que es mucho mas alto que el de los demás. Si digo algo en defensa de los combustibles alternativos y en contra de los tradicionales, la gente que trabaja en esa industria va a preguntar qué tipo uso en mi avión privado. Yo puedo contar con los dedos de las dos manos la cantidad de veces que he volado en avión privado. Nunca tuve problemas en volar en un avión de línea. Pero igualmente piensan que soy un hombre blanco y rico y que por eso Trump defiende mis intereses. ¿Pero puedo sentirme bien en una sociedad en la que yo estoy bien pero los demás no? No es algo que me haga feliz. Yo quiero que Trump se asegure que todos los demás también la pasan bien. Y en ese sentido, creo que escogimos a la persona equivocada.

null¿Sientes que el humor puede ser una forma de resistencia?

Hay mucha gente que me dice que sí, y me agradecen por la resistencia en la que estoy participando, pero yo no lo veo de esa manera. Creo que hay otros que lo hacen por esa razón y no me parece mal, pero en mi caso, sólo me interesa entretener a la audiencia. Hubo gente que se me acercó después de las elecciones y me preguntó si yo me sentía responsable de que Trump hubiese ganado. Yo pensé que me estaban haciendo una broma, pero enseguida me explicaron que yo lo había humanizado, algo con lo que tampoco estoy de acuerdo. El objetivo es hacer reír a la gente y la mayoría me lo ha sabido agradecer. Me dicen que los ayuda a sobrevivir esta época terrible. Trump ganó por una variedad de razones, y si los rusos hackearon las elecciones, no lo sé. Pero ciertamente Hillary Clinton estuvo lejos de ser la mejor candidata, no hizo la mejor campaña. Guardaron a su marido inexplicablemente, no sabemos por qué no se lo vio más. Tal vez querían que ella se destacara por mérito propio. Tampoco entiendo por qué los republicanos no eligieron a un mejor candidato.

Hace un tiempo fuimos con mi familia a un resort invernal en Utah para esquiar. Yo estaba en el hotel junto a mi esposa y mis hijos cuando vimos llegar a Romney, que venía a desayunar porque tiene una casa en las cercanías. Me le acerqué, fue muy agradable y bromeando me dijo que no nos sacáramos una foto juntos porque no le convenía. Nos reímos, hablamos durante 5 minutos y fue todo muy agradable. Él es mucho mas interesante, tiene una gran personalidad y fue mucho más dinámico en esos cinco minutos que mientras participó de su campaña. Y cuando se fue me pregunté: ¿Por qué no es él nuestro presidente? Creo que hubo fuerzas interesadas en elegir a Trump y todavía no sabemos por qué. Pero no uso el humor para combatirlo, sino para darle a la gente un respiro.

Alec Baldwin
Actor

Los norteamericanos hoy están renunciando a muchas cosas. Trabajan muy duro, casi no tienen vacaciones y se agotan para tener el nivel de vida que tienen. Pero este gobierno va a tratar de convencer a la gente para que renuncie a esa calidad durante un tiempo, diciéndoles que hay que equilibrar el presupuesto, mejorar la salud pública y crear cierta infraestructura. Pero los norteamericanos no están dispuestos a hacer eso. Quieren seguir disfrutando de sus privilegios, seguir siendo la policía del mundo, con un ejército siempre dispuesto a intervenir en las cuestiones internas de otros países. Quieren todo eso y a la vez pagar menos impuestos. Un alto nivel de vida, militarización, impuestos bajos, todo lo cual explica por qué como país estamos tan endeudados.

Sería maravilloso contar con un liderazgo político que ayudara a los norteamericanos a entender dónde estamos en este momento y con lo que nos estamos enfrentando. Y qué es lo que necesitamos para sobrevivir. Estamos en un momento en que bastan tres o cuatro equivocaciones para que nuestra grandeza quede en los libros de historia. Entonces evolucionaremos para convertirnos en una nueva Inglaterra, o cualquier otra potencia mundial después de haber perdido su posición de liderazgo. Tal vez el destino de Estados Unidos sea ese. Y tengo que aclarar que la única razón por la que yo quiero que siga siendo el líder es porque si pierde esa posición, será otro país el que la ocupe. No estoy muy seguro de si quiero que haya otro país como principal potencia mundial.

Glengarry Glen Ross (James Foley, 1992)
Glengarry Glen Ross (James Foley, 1992)

¿Cuando supiste que podías imitar a Trump?

Nunca lo supe. Fue como saltar a un precipicio. Tuve una reunión con Lorne, él me pidió que lo hiciera y le dije que no. Fue toda una historia muy loca, porque yo estaba comprometido con una película. Iba a rodar Shock and Awe de Rob Reiner, con Woody Harrelson, pero algo pasó con mi contrato. Todo se pospuso, lo que suele pasar en el cine que se hace hoy. Antes, Lorne me dijo que si yo iba a filmar en Nueva Orleans, iba a enviarme un jet privado para llevarme todos los fines de semana a Nueva York. Yo pensé que de esa forma nunca iba a ver a mis hijos, que me la iba a pasar de estudio en estudio y que esa no es mi vida en este momento, porque yo estoy muy pendiente de mi mujer y mis hijos.

Le dije a mi agente que le explicara a Lorne que no lo iba a poder hacer. Pero poco después se cayó la película. Después la volvieron a levantar y la rodaron, pero yo me quedé afuera. Así fue como finalmente acepté la propuesta de Lorne. Cada vez que salgo al escenario a interpretar a Trump, Lorne se me acerca para estrecharme la mano, y me dice en tono divertido: "Podrías estar haciendo la película de Rob en este momento. Si quieres renuncias y te vas a filmar a Nueva Orleans". Siempre se burla de la mala decisión que estuve a punto de tomar.

¿Cuál es la clave para imitarlo?

Vi muchos videos y también lo conozco personalmente, pero yo no soy un imitador por naturaleza. Usualmente imito a la gente que me fascina. He visto a De Niro miles de veces, a Al Pacino, a Tony Bennett, y por eso los imito y es mi forma de adorarlos. Ese no es el caso de Trump. Lo estudié un tiempo y eso fue todo. Cuando vas a salir al escenario de Saturday Night Live, hay una persona que te lleva por los pasillos en la oscuridad, para que el público no te vea. La verdad es que mientras él me llevaba por allí, yo todavía no sabía qué era lo que iba a hacer. A mí me había llamado la atención la forma en la que pone la boca cuando habla, pero no estaba seguro de que con eso iba a alcanzar. Agregué la forma de hablar que es muy característica y luego la peluca ayuda a crear un parecido. Todo lo demás está en el guión. Yo no lo escribo, lo hacen Chris Kelley y Sarah Schneider, que son los guionistas principales del programa. Al igual que en 30 Rock, yo soy el que se beneficia con los buenos guiones.

La gente ve a Trump como alguien alegre y juguetón, pero yo no comparto esa mirada. Prefería presentar a alguien, sin exagerar, que fuera un poco maldito. Es alguien que aún cuando gana, no está feliz. El gran misterio para mí es que desde que ganó las elecciones, y esto lo digo sin ninguna intención política, no cambió para nada. Esto lo digo como actor que estudia a otras personas. En los deportes, si boxeas, si juegas al futbol, o al rugby, si demoles a tus rivales, luego les das la mano y te vas a tomar una cerveza con ellos. Pero con Trump no hubo nada de eso. Ganó, y siguió mostrándose amargado y miserable, de la misma manera que lo era antes, lo cual de verdad me intriga. Eso es algo que trato de incorporar a mi interpretación. Hago de un hombre que se ve miserable, pase lo que pase.

Alec Baldwin
Club de Lectores

¿Cómo haces para interpretar a alguien que detestas?

Tengo que aclarar que no lo odio. Nunca me pongo a hablar de él cuando nadie me escucha. Me entristece que él sea presidente, porque no creo que sea el mejor que podemos tener. Los republicanos tenían tres o cuatro otros candidatos que hubieran hecho un mejor trabajo. Pero nunca he visto a nadie que genere tanta atención como él. La gente que me rodea habla de él día y noche.

Yo comparo lo que está pasando con la mentalidad de desastre que se vivía en Nueva York después del 11 de septiembre. Nunca he visto a mis conciudadanos tan tristes desde entonces. Me atrevería a decir que cuando se les dijo a los neoyorquinos que Trump había ganado las elecciones, la reacción fue la misma que si les hubiesen anunciado que un meteorito iba a impactar la Tierra. Y es que con Trump, siempre hay algo peor que está por venir.

¿Has tenido algún contacto con él desde que ganó?

Por supuesto que no. Nunca fuimos amigos. Vamos, le he visto en algunas fiestas, porque los dos vivimos en Nueva York. No puedo decir que en la sociedad neoyorquina Trump fuera el hazmerreír, porque ganar mucho dinero sigue siendo muy importante para la gente que vive allí. No importa cómo lo logres. Y entre los titanes de la industria y los multimillonarios que viven en Nueva York, él es uno de los que más dinero ha ganado. No importa si es tanto como él dice, es un empresario muy exitoso. Por eso la gente lo apreciaba. Pero nunca fue un invitado de honor, no es alguien que la gente quisiera tener en sus fiestas.

Él vivía en una burbuja, rodeado por un grupo muy pequeño de su gente y por su familia. Llegaba a las fiestas, se tomaba una foto y se iba, eso era todo. Era una figura furtiva en Nueva York. Yo me lo encontré un par de veces, se tomó una foto conmigo y eso fue todo. Tiene un grupo muy reducido de amigos y nadie sabe realmente quiénes son. Esa es la razón por la que ganó, porque su talento fue que pudo convencer a buena parte de los norteamericanos de que es el empresario brillante que aparece en su programa de televisión. Tuvo ese programa durante muchos años, fue un gran éxito y es mucha la gente en Estados Unidos que cree que ese es Donald Trump. En cambio, en Nueva York todo el mundo sabe que heredó una empresa de su padre y que la hizo crecer. Nunca nadie buscó su compañía en la ciudad. Y cada vez que hablé con él, fueron conversaciones muy rápidas e intrascendentes. No lo conozco a nivel personal.

The Departed (Martin Scorsese, 2006)
The Departed (Martin Scorsese, 2006)

Ahora que te has convertido en el otro Donald Trump, ¿cómo ves el futuro de tu carrera?

No me puedo imaginar haciendo esto durante mucho tiempo más. En noviembre sale mi libro, voy a hacer otro sobre la parodia de Trump con Kurt Anderson, y creo que si las cosas siguen su curso como se han dado hasta ahora, vamos a llegar a un punto en que todo esté más allá de la sátira. No quiero comparar el gobierno de Trump con el Holocausto, pero ciertamente nadie puede burlarse de los campos de concentración. Yo creo que va a llegar un momento en que la situación no dé para que nos riamos de ella. La gente va a preocuparse mucho por lo que esté pasando y no le verán nada de divertido.

Voy a darte un ejemplo. En Los Ángeles, cuando yo vine por primera vez, a nadie se le podía ocurrir vivir en el centro. Era preferible vivir en la Luna antes que el centro. En aquel entonces se podía ver la polución sobre la ciudad. Era algo absolutamente horrible. Pero luego, el estado de California intervino y en una jugada histórica puso una serie de controles a las emisiones de los automóviles. Aunque el problema no se ha resuelto, el aire hoy es mucho más limpio. Eso ha llevado a mucha gente a mudarse a las áreas de la ciudad que antes eran consideradas invivibles.

Pero las políticas de Trump intentan revertir todo eso. Él quiere liquidar todos los controles sanitarios y todo lo que nos ha hecho avanzar en el plano ecológico. Los norteamericanos están muy divididos, pero un buen número de ellos se toma los controles ecológicos muy seriamente. Cada vez que reciclas una botella, ¿estás solucionando un problema? A lo mejor no, pero al menos sientes que lo estás haciendo, que eres parte de la comunidad y estás contribuyendo al bienestar general. Ni hablar del fracking. Dicen que todos los terremotos en Oklahoma se originan en el fracking. Y ahora que Trump es presidente, habrá carta libre para seguir haciéndolo. Al menos espero que Dios nos oiga e impida que tenga un segundo mandato...

Alec Baldwin
Alec Baldwin

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