Los dilemas continuaron con su salto cinematográfico. Primero, porque el proyecto sería protagonizado por Zachary Levi, un actor de vasta experiencia, pero marcado por su tibia interpretación previa de Fandral en el Marvel Cinematic Universe. A esto sumemos el tono cómico del filme que fue criticado por los más fervientes aficionados del entonces cuasiextinto Snyderverse que imploraban madurez por sobre todas las cosas. Ni siquiera Black Adam quiso compartir créditos. Esto porque Dwayne Johnson presionó hasta el cansancio para tener su propia historia aun cuando ambos guerreros tienen bases comunes. Con todo en contra, pero Shazam siempre se levantó. Ahora enfrenta la prueba más dura de su existencia: demostrar si se ha convertido en un pilar fundamental del DC Universe.
Nuevos retos
El cambio de mando del DC Universe, que ahora es encabezado por James Gunn y Peter Safran, ha traído una ola de cambios de la franquicia de la que nadie está a salvo. Esto poco preocupa al actor Zachary Levi, quien recientemente bromeó al respecto.
“Estoy seguro de que la mayoría de ustedes saben quién es James Gunn”, declaró el actor en convención. “Bueno, ahora es uno de mis jefes, lo cual es genial. Además, es un amigo mío, lo que lo hace aún más genial. Y luego, Peter Safran, que es su socio, es mi productor: produce la película Shazam. Así que la pregunta es: 'si esos son mis dos jefes, ¿hay un plan y un futuro para Shazam?’. Yo diría 'Sí, eso espero. Eso espero', porque esos son mis amigos, y si no tienen un plan, entonces ya no son mis amigos. No, señor”.
Fuera de broma, si hay algo que ha salvado a Shazam de la quema es lo diferente que siempre ha sido del resto de los proyectos del DC Universe. Mientras el grueso de las películas nos introdujo con semidioses, esta cinta nos presentó con el más improbable de los héroes en la figura de Billy Batson, un chico de acogida empeñado en reencontrarse con su madre. Una historia donde el verdadero superpoder radica en la familia, incluso aquellas que no están unidas por la sangre, y por el formar parte de algo. Todo esto, además, con una aventura que asienta sus bases en el viejo terror infantil. Su éxito la convirtió en un respiro para una franquicia necesitada de oxígeno y en un ejemplo del camino a seguir para la salvación.
La fórmula se repite con Furia de los dioses, con un Billy más maduro y temeroso de todo lo que podría perder al momento de alcanzar la mayoría de edad. Sus dilemas existenciales coincidirán con la llegada de dos nuevas enemigas, las hijas de Atlas, quienes darán gravísimos problemas al guerrero titular. ¿Podrá el héroe salvar el futuro de su mundo y dicho sea de paso, el de su franquicia? Hay buenas razones para creer.