Se suponía que hablaríamos con Zachary Levi de '¡Shazam!: la furia de los dioses', su nueva película, el tipo de líderes que necesita el mundo, su salud mental y el síndrome del impostor.
La pregunta inevitable que nos hacemos cuando vemos a un actor en la pantalla es cómo será en la vida real. En el caso de Zachary Levi, quien saltó a la fama en 2019 por su papel en ¡Shazam!, nadie pensaría que se parece al personaje que lo hizo famoso: un superhéroe con un gran corazón, pero con el sentido del humor y la cabeza de un adolescente. Tras el encuentro que mantuvimos con él vía Zoom para llevar a cabo esta entrevista, podemos decir que esa descripción no está muy alejada de la realidad.
“Me gustan mucho los personajes con corazones buenos, quiero pensar que es porque me identifico con ellos. Me encanta interpretar a personajes que quieren hacer las cosas bien”, dice Zachary derrochando un carisma que parece que no sabe que tiene.
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Para reforzar su respuesta, pone como ejemplo "Fable", un videojuego de rol en el que uno decide si su personaje es bueno o malo con base en las decisiones que toma. “Adivina qué tipo de personaje soy”, dice con una risa contagiosa que recuerda de inmediato a Billy Batson, el adolescente que se convierte en Shazam.
Hay una parte de Shazam y de Baston que Zachary lleva afuera del set y la pantalla: también quiere salvar al mundo, pues le aterra lo que está pasando en el planeta, pero le tranquiliza un poco ver que cada vez hay más gente que quiere ayudar y que se está convirtiendo en líder. Para él, así podemos aliviar al planeta, con gente con corazón. “Eso es lo que quiero hacer en la vida real”, comenta.
El síntoma universal
En el tráiler de ¡Shazam!: la furia de los dioses, segunda película de esta franquicia, se ve al personaje que interpreta Levi cuestionándose a fondo y comparándose con otros superhéroes del Universo Marvel bastante más populares que él, con más camino recorrido e, incluso, con capacidad para salvar al mundo. Esas mismas inseguridades podrían compararse con las de los actores principiantes y de eso Zachary sabe mucho.
“No ocurre solo con los principiantes, actores de todos los niveles de éxito se sienten así. Y no solo actores, creo que sucede en todas las profesiones. Es el síndrome del impostor. Clínicamente hablando, es cuando te comparas con otras personas y te sientes un fracaso. Es así como caemos en estas espirales de depresión y ansiedad, hasta que, tarde o temprano, alguien te descubre y te dice que estás equivocado y que te metiste en un grupo que es muy pequeño para ti", reflexiona Levi.
Es el síndrome del impostor. Clínicamente hablando, es cuando te comparas con otras personas y te sientes un fracaso
Todos nos sentimos así por dentro, aunque sea de vez en cuando. Solo tenemos que ser conscientes de eso para querernos un poquito más cuando pase. Hay que hacerlo de inmediato”, reflexiona. Claro que Zachary es consciente de que no es el mejor actor de Hollywood, pero eso no cambia las cosas ni, como él mismo dice, le genera frustración. “Mi mundo existe porque yo existo”, añade mientras recuerda que más joven sentía esa inseguridad que lo llevaba a compararse todo el tiempo.
Hoy, sin embargo, confiesa que a los 42 años ha tomado mucha terapia. “Llevo 24 años actuando, pero juro que cuando empezaba no sabía nada. “¡Tenía la edad de Billy en esta película! He trabajado tanto en mi salud emocional y mental a lo largo de estos 24 años que me siento mucho menos impostor de lo que era, pero eso no quiere decir que no haya días en los que me levante pensando que soy un fraude, que alguien se va a dar cuenta, le va a decir a todos y ya no voy a volver a trabajar”, dice riendo.
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A Zachary le encanta regresar al personaje de "Billy Batson/Shazam", pero admite que también le fascina interpretar papeles nuevos. Para él, ambos retos son divertidos (algo indispensable para que acepte trabajar en algún proyecto) y hay una recompensa distinta en cada uno de ellos.
“Interpretar a un nuevo personaje siempre va a ser un reto interesante, porque es algo que no has hecho antes. Sin embargo, cuando regresas a un papel, el reto está en saber mantenerlo relevante y fresco, aunque conservando lo que lo hizo especial en un principio. Desafortunadamente, las franquicias que son muy exitosas con la primera película quieren hacer todo más grande y espectacular en las siguientes entregas y se olvidan de lo que hizo que esa primera película fuera lo que fue. Nosotros no hicimos eso. Protegimos la película. Ese fue el reto”, explica.
Acepta que siente afinidad por los personajes de gran corazón, pero eso no quiere decir que evite interpretar a villanos. Lo que sucede con "Billy Batson" es que se trata de un personaje muy humano que siente las inseguridades que tendría cualquier persona que estuviera en su lugar. “No cree que él valga la apuesta. Siente el síndrome del impostor desde el primer día que el mago puso los ojos en él para ofrecerle todos esos superpoderes.
Zachary quiere salvar al mundo, pues le aterra lo que está pasando en el planeta, pero lo tranquiliza que cada vez hay más gente que quiere ayudar
Billy le dice que él no es un héroe y el mago le contesta que ve algo en el chico que él mismo no puede ver en sí, como Dios con nosotros. El poder se lo dan por ser buena persona, no por ser el más cool, el más fuerte, el más veloz o el mejor en algo. Billy era huérfano y de repente un mago lo jaló a un portal y le dijo que era su elegido”.
Zachary hace memoria y recuerda que la primera película de ¡Shazam! se filmó en Toronto durante el invierno, mientras que esta se rodó en pleno verano en Atlanta. En una se congeló y en otra se asó, pero si le dieran a escoger preferiría morirse de calor que de frío. Si bien, esa es la primera diferencia que encuentra entre las dos películas de ¡Shazam!, su principal reto fue interpretar a un Billy Batson de 17 años cuando en el primer filme solo tenía 14.
“Tenía que resolver cómo actuaría y hablaría un chico de esa edad. Puede parecer que estoy exagerando, pero tenía que encontrar la diferencia exacta entre las formas de actuar de un adolescente de 14 y uno de 17. Tuve que investigar las redes sociales, sus códigos. Fue así como hice esta versión de Billy, pero el reto fue divertido”, explica el propio Zachary antes de tomarse un minuto para pensar lo que va a decir y concluir que no hay superhéroes como el que interpreta él, pero de repente le viene uno a la cabeza.
Cuando regresas a un personaje, el reto está en saber mantenerlo relevante y fresco, conservando lo que lo hizo especial en un principio
“Tal vez el más cercano sea Peter Parker. Ambos tienen un gran corazón. Es cierto que alcanzan sus poderes de formas muy diferentes pero los dos quieren hacer el bien mientras sufren para poder controlarlos. Me saqué el premio mayor, me siento mal por otros actores y sus superhéroes porque no se divierten tanto como yo. Parece que toda la diversión me la pasaron a mí”, dice riéndose a carcajadas.