Gorillaz hace historia con nuevo álbum: una mezcla perfecta de cultos y conejos

Explorando nuevos paisajes sonoros y narrativas que enriquecen el universo de Gorillaz. En este trabajo, cada canción muestra la versatilidad musical de Albarn y la creatividad visual de Hewlett, manteniendo la esencia de la banda en su mezcla de géneros y la altísima calidad de las colaboraciones.

Cracker Island es el disco más honesto, amigable y placentero de Gorillaz desde su primer álbum hace más de 20 años. Los invitados se integran perfectamente en la mezcla de todo el panorama que plantea el viaje a Cracker Island, esto ocurre de la mano de Bootie Brown, Thundercat y Kevin Parker de Tame Impala, entregando destacadas colaboraciones y ritmos plagados de synth-pop. De Bad Bunny, en una colaboración única que mezcla el reggaeton y el flow usal de la banda virtual, llamada ‘Tormenta’, otra con Stevie Nicks, la legendaria vocalista de Fleetwood Mac, cuyo contraste sonoro-rítmico ayuda a la banda a encontrar motivación y ganas de vivir en ‘Oil’.

Sin olvidarnos de un emocional Beck y un poderoso Adeleye Omotayo que otorgan mariachi y madurez, respectivamente, en dos pequeños pero contundentes tracks.

¿Ya no son los de antes?

Este trabajo de estudio sigue siendo un álbum de Gorillaz en toda regla, ya que posee metáforas trastornadas y letales, con comentarios sociales y ambientalistas, como los plasmados en 'The Tired Influencer' y 'Tarantula'. Además, la paleta musical sigue siendo tremendamente variada, yendo de tambores de acero, pasando por un divertido riff y llegando a unas conocidas y latinas trompetas. El álbum entero ofrece una experiencia auditiva de calidad y altamente disfrutable, lo que demuestra por qué el músico británico sigue siendo tan relevante en pleno 2023.

Con 10 pistas, una próxima sorpresa en piano, y poco más de 30 minutos de duración, Albarn y compañía tienen suficiente espacio para explorar y tejer pequeñas melodías melancólicas que reflejan el estado actual de nuestro mundo, ese tiempo que Black Mirror planteaba como el futuro.

Un gran álbum, ¿el mejor del año?

Probablemente no, pero para mí, este álbum podría describirse con una sola frase: “Si el amor nunca ha sido perfecto, ojalá y sea por siempre este momento”. Algo que aunque suene rebuscado, es la metáfora de que éste álbum, las colaboraciones, los ritmos y las letras son justo lo que necesitábamos en este momento. Ni más, ni menos.

8 álbumes después, Gorillaz y compañía siguen dejando claro que aquella banda que alguna vez fue considerada un proyecto nimio, ahora está definiendo el presente e inspirando los años venideros, dejando la vara muy, muy alta para los proyectos habidos y por haber.

Peace Out