Las complicaciones, sin embargo, recaen en todo el entorno que rodea a la dupla. Un mundo postapocalíptico como tantos otros que han sido llevados a la pantalla, pero que respaldado por la longevidad del videojuego, plasma algunos de los peores males que han aquejado a la humanidad por generaciones: crisis de refugiados, corrupción, desesperanza… y pandemias. Sintetizarlo todo en poco más de 120 minutos habría implicado muchos de los elementos que han hecho de esta una historia única.
Factor HBO
Mucho antes de que las plataformas entraran en la ecuación, HBO ya había comenzado una revolución televisiva al demostrar que la pequeña pantalla sí podía ofrecer producciones de alta calidad. Fue precisamente esto lo que convenció a Neil Druckmann, como muchos otros antes que él, de que su obra cumbre quedaría en buenas manos bajo el sello del Home Box Office.
Igual de trascendente fue su amistad con Craig Mazin, creador de Chernobyl y ferviente aficionado del videojuego. Ambos creativos conversaron en más de una ocasión sobre la importancia de que una adaptación se tome el tiempo necesario para ahondar a profundidad en los temas presentados en el material fuente.
La alianza se concretó y las expectativas se pusieron por los cielos. Éstas se elevaron todavía más cuando se informó que la dupla estelar sería interpretada por Pedro Pascal y Bella Ramsey: el primero es un favorito de las audiencias tras su interpretación de Oberyn Martell en Game of Thrones y Din Djarin, mejor conocido por todos como Mando, en The Mandalorian; la segunda se vio catapultada a lo más alto con su encarnación breve, pero decisiva, de Lyanna Mormont en la propia Game of Thrones. La mesa estaba puesta y sólo faltaba un último ingrediente… el apocalipsis.
Los horrores de la pandemia
The Last of Us nos introduce en un mundo devastado tras una pandemia de naturaleza fungoide. Por inquietante que parezca, el proyecto fue confirmado en marzo de 2020, poco antes de que las principales ciudades anunciaran sus respectivos confinamientos a causa del COVID-19. Todos sabemos lo que vino después.
Esto ha propiciado que la adaptación provoque una nueva perspectiva hasta en el más ferviente gamer, pues es imposible verla sin sentir un atisbo de inquietud ante la pandemia del mundo real que cambió para siempre nuestra forma de ver la vida. Así lo han manifestado en redes varios usuarios que confesaron abiertamente su nerviosismo e incomodidad desde los primeros avances.
Pero si hay algo que hemos aprendido es que donde hay dolor, también hay esperanza. Es precisamente esto, y no los malos recuerdos, los que han convertido a The Last of Us en la serie ideal para el tiempo en que vivimos. Todo apunta a que la larga espera ha valido la pena y que estamos ante un show que podría hacer historia en la pantalla chica.