Gerardo Oñate: El cine sobrevivirá a cualquier régimen

Gerardo Oñate habló con Life and Style acerca de esta producción y su carrera actoral que está despegando tras una importante película estrenada a finales del 2022.

Gerardo Oñate vivió buena parte de su vida en Morelia y por un periodo en Guadalajara dedicado a la carrera que estudió y con un trabajo estable de oficina. Pero todo le cambió cuando reenfocó su vida a la actuación y pasó por los salones de Casazul y otros talleres que lo llevaron al cine.

"Mucho tiempo estuve dedicado al trabajo en la Mercadotecnia en distintas empresas, digamos una vida más bien "Godinez", pero de pronto fue un comercial, luego un cortometraje que se ganó un premio en el Festival de Cine de Morelia, hasta que encontré que realmente quería seguir haciendo esto", recuerda Oñate en este viaje de dar con su propia vocación.

El Poderoso Victoria fue la primer película que protagonizó y una producción en la que estuvo acompañado de grandes figuras del cine mexicano como Damián Alcazar, Edgar Vivar, Joaquín Cosío, Adal Ramones, Luis Félipe Tovar, Eduardo España, Roberto Sosa, entre otros.

"Este proyecto duró mucho tiempo para realizarse, la realidad es que se sufrió, porque el casting lo hice en 2018 y fue hasta 2019 cuando se pudo iniciar. De pronto me dicen que soy "Durán", el papel protagonista y me tengo que preparar físicamente y estar listo para entrar a grabar", recuerda Oñate.

El elenco que conforma El Poderoso Victoria era por demás potente, en un proyecto que se valió de un argumento histórico y un guion para mantenerse en pie por la poca disponibilidad de recursos oficiales para llevarla a cabo.

"En una comida de todo el elenco fue una cosa impresionante, se sumaban más de 200 años de experiencia, eran 27 actores todos con una gran trayectoria, sentí una responsabilidad de este trabajo", señaló el actor originario de CDMX.

Con locaciones en el estado de Durango y Jalisco. Esta historia narra los hechos de 1936 cuando se cierra la mina local en Jalisco y el futuro del pueblo se ve amenazado, "Durán", un joven maquinista, deberá elegir entre renunciar a sus sueños y al amor de su vida o emprender la aventura de construir un tren de vapor con la ayuda de un inusual grupo de pobladores.

"El rodaje duró dos meses, pero en estos cuatro años el convivir con los otros actores del elenco me han hecho crecer y aprender de grandes figuras del espectáculo", apuntó el actor de 36 años.

Aunque hay dos actores que han destacado en los últimos meses por sus posturas políticas encontradas como las de Joaquín Cosío y Damián Alcazar, que ambos tienen visiones distintas del quehacer del gobierno en el apoyo a las artes, producción artística y la gestión del país, convivieron a la mesa con Gerardo Oñate.

"La realidad es que todos los compañeros fueron muy cordiales, y tal y como es en una familiar, ni de política, futbol o religión se discute a la mesa. Muy posiblemente en ese momento las posturas no estaban tan alejadas", recuerda Oñate.

Esto destaca puesto que la película dirigida por Raúl Ramón demoró 10 años en poderse realizar, por la falta de estímulos para su producción.

"El cine sobrevivirá a cualquier régimen, pese a lo adverso que parezca. Aunque comparto la idea que ha comentado Guillermo del Toro, que el cine debería ser autosustentable, lamentablemente en este momento en México no se puede hablar de una industria cinematográfica resuelta", reflexiona el actor.

La película que aun se mantiene en salas de cine del país tiene un mensaje que es importante para Gerardo Oñate, quien está viviendo un momento de gran pasión por la creación de nuevos contenidos.

"Hay un elemento importante que tiene El Poderoso Victoria, no es una película de violencia, narcos, discusión de género o algo que confronte, es creer en tu país, en tu gente y que juntos podemos hacer cosas grandes. El echar a andar un tren 1936 resultaba tan complicado como ahora producir una película, sin embargo lo seguimos haciendo", apuntó el actor.

La producción en México muchas veces se relaciona con la intención de llegar a los festivales y con una denuncia más cruda, aunque hay una desatención para narrativas que incluyen a la familia de forma constructiva.

"Todas las discusiones son válidas, pero cada tanto vale la pena acercarnos al cine que nos hace sentir bien y nos deja una conversación positiva", finalizó.