Creador del tupé de Pelé
La peluquería de Didi, de 84 años, tiene aire de museo, dedicado casi en exclusiva al hombre que internacionalizó a Brasil y su fútbol. Su letrero, negro, con letras blancas y dos escudos del Santos, dan pistas de lo que los clientes pueden esperar: "El peluquero de Pelé y de usted también".
La amistad del crack con el barbero duró 66 años. Cuando tenía 16, el futuro '10' buscó en la ciudad portuaria a alguien que le diera forma a su cabello negro y ensortijado. Y lo encontró en un fanático del once albinegro y coterráneo del estado de Minas Gerais.
"Me acuerdo de él cuando llegó, era un niñito, nadie daba nada por él, pensábamos que era apenas un buen jugador, no un rey. Pero el tipo llegó a rey y murió como rey", afirma Didi.
El adolescente Edson Arantes do Nascimento salió de su primera cita con su clásico tupé, un peinado que lo acompañó buena parte de su vida, incluso cuando ganó los dos primeros títulos mundiales de Brasil (1958, 1962), gesta inequívoca de su leyenda junto al tercero alzado en 1970.
"Le gustó mucho y entonces le corté el cabello hasta su muerte", señala el peluquero, que en la época trabajaba en el mismo establecimiento de hoy en día.
El barbero calcula que se hizo cargo del pelo de Pelé más de mil veces, casi como los 1.283 goles reivindicados por el ídolo brasileño.
El exjugador lo visitaba en el pequeño local, de decoración clásica, casi detenida en el tiempo, llamando la atención de los transeúntes. Cuando su salud desmejoró, Didi iba hasta su casa, en el municipio aledaño de Guarujá.
"Siempre me llamaba"
La última vez que posó sus manos sobre la cabeza del "rey" fue el año pasado, antes de que la salud del único futbolista en ganar tres Copas del Mundo empezara a deteriorarse debido a un cáncer de colon que le fue detectado en septiembre de 2021.
"Él siempre me llamaba y yo iba, pero de un tiempo para acá estuvo muy mal y yo ya no iba", explica, recordando las conversaciones "sobre fútbol" que tenía con el exastro mientras lo atendía en su silla antigua.
Las cámaras fotográficas y de video de un puñado de periodistas registran sus movimientos delicados y concentración de monje en la recta final de un corte, a días de que Pelé sea despedido para siempre en la ciudad que se hizo famosa por sus piruetas futbolísticas.
Didi dice que siente "tristeza" por la partida de su amigo y cliente fiel, al que, igual que a cualquiera, cobraba 40 reales (unos siete dólares) por sus servicios.
"Nunca tuve dos precios", dice, antes de lanzar un nuevo tijeretazo.