Pero en vez de su afinada cadencia, que a veces se desajustaba respecto de la voz de respaldo, fue su coreografía el plato fuerte del espectáculo. "Camino y hablo como una chula porque lo soy", dijo la ganadora del Grammy en el Empire Polo Club.
Megan Pete, conocida por su nombre artístico Megan Thee Stallion, no paró de animar a la marea de seguidores que se extendía a metros y metros de distancia de la enorme tarima con gigantes pantallas de alta definición.
Y Megan no decepcionó. En sugestivas poses con el micrófono, moviendo las caderas, la estadounidense llevó al público a la euforia. "Damas, si aman su cuerpo, que se oiga", gritó en una de sus varias intervenciones de la noche.
La artista confundió a sus seguidores en mitad de la actuación al desaparecer por algunos minutos, pero regresó vistiendo un body con un arnés y botas turquesa hasta la rodilla estilo disco.
"Es mi primera vez en Coachella, y estoy lista para calentar el ambiente junto a todos ustedes", exclamó. En seguida la rapera pidió a su legión de seguidores encender las luces de sus celulares antes de cantar Sweetest Pie, su colaboración con Dua Lipa.
Y tal como lo prometió este mes, la cantante lanzó una nueva canción que aún no tiene nombre, pero que de acuerdo a las líricas y a la coreografía bien podría ser algo como "Dick Don't Run Me", un himno de empoderamiento que descarta a examantes.
Megan Thee Stallion fue el último acto del escenario central del Coachella el sábado antes de Billie Eilish, la atracción principal de la noche.