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Oscar 2022: La antesala de una edición especialmente controvertida

La edición 2022 ha sido tan polémica que podría tornarse decisiva para el futuro del certamen.
sáb 26 marzo 2022 10:57 AM
Oscar
La gala se llevará a cabo el próximo 27 de marzo.

El Oscar es un evento controvertido por naturaleza. Hablamos de un certamen en el que un grupo de especialistas eligen a los mejores exponentes cinematográficos del año, lo que de inicio provoca opiniones divididas en torno a las selecciones y omisiones, pues ¿cómo determinar qué es mejor y peor en el panorama artístico? A esto sumemos que los llamados académicos tienden a decantarse por el cine de autor y excluir todas aquellas producciones de carácter más popular. Algo que, no está de más recordarlo, no sucedía hace algunos años cuando grandes éxitos de taquilla como Tiburón (1975), Rocky, (1976), Star Wars (1977), Los cazadores del arca perdida (1981) o ET (1982) eran considerados para la máxima gloria.

Con el tiempo, esto ha provocado un franco rompimiento entre la premiación y el público, manifestado en niveles cada vez más bajos de audiencia y en el desinterés de las nuevas generaciones que han hecho preguntar en más de una ocasión si los días de la glamorosa ceremonia que hemos conocido por años están contados. En el camino hemos atestiguado toda clase de esfuerzos desesperados por reconquistar la atención que van de las elecciones más inusuales para presentadores a la creación de una categoría popular que ni siquiera llegó a debutar. La del 2022 no sólo no ha sido la excepción, sino que promete ser una edición tan especialmente controvertida que podría tornarse decisiva para la autoproclamada máxima fiesta hollywoodense.

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Medidas populares

Como cada año, los debates en torno al Oscar 2022 comenzaron desde las nominaciones. No nos referimos a los actores y actrices como Jodie Comer, Jared Leto o Lady Gaga que fueron excluidos de sus respectivas ternas, ni siquiera a un director como Denis Villeneuve que no fue considerado aun cuando su cinta compite por diez estatuillas. Nos referimos a un caso más dramático como el de Spider-Man: Sin camino a casa.

Podríamos dedicar incontables artículos y análisis a tratar de definir si la cinta posee nivel de Oscar. Lo que sí tiene es popularidad, resultado de su capacidad para juntar tres generaciones arácnidas en un mismo proyecto y palpable en sus más de 1 mil 800 mdd que la convirtieron en la película más taquillera del año. Más importante aún, en una auténtica bocanada para una industria que ha batallado duramente desde la pandemia. Eran muchos lo que pensaban que esto le valdría una nominación, aun cuando fuera de carácter simbólico, a Mejor película, pero la Academia respondió con un rotundo no. Se sumó así a otras exclusiones históricas del cine contemporáneo como Star Wars: La venganza de los Sith (2005) y El despertar de la Fuerza (2015), Harry Potter y las reliquias de la muerte – Parte 2 (2011) y Avengers: Endgame (2011).

Conscientes de que el malestar generalizado podía tornarse contraproducente en un punto crítico, recordamos, por los bajos niveles de audiencia, los organizadores decidieron enmendar su error con un reconocimiento a la cinta favorita del público. A diferencia del Oscar popular contemplado hace unos años en el que los mismos votantes elegían al ganador, se decantaron por el llamado Oscars Fan Favorite en el que el propio público vota por su cinta favorita, ya fuera en la página oficial del evento o en redes sociales.

Lo que nadie imaginó fueron los imprevistos que esto implicaría y evidenciados en el top ten de títulos más votados: como la dura presencia de Army of the Dead luego de que La liga de la justicia de Zack Snyder fuera declarada inelegible por ser un corto distinto de una película previamente estrenada o que Minamata se colara con apenas 1 mil 600 mdd de taquilla global gracias a los fans de Johnny Depp que alzan la voz en defensa del actor, ni qué decir de Cinderella que se ha convertido en el caballo negro de la terna gracias a la popularidad de Camila Cabello. Al final, no desechemos que Spidey se quede sin el premio que fuera concebido para él.

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Una ceremonia más corta… pero no tanto

Si de popularidad se trata, el otro gran dolor de cabeza para la Academia es la ausencia de We Don’t Talk About Bruno en la terna de Mejor canción. El tema de Encanto enamoró al público e hizo historia al alcanzar la primera posición del Billboard Hot 100, convirtiéndose así en la segunda canción de una película animada Disney en lograrlo tras A Whole New World de Aladdin (1992). Muchos se sorprendieron cuando no fue nominada, pero lo cierto es que la responsabilidad fue del estudio que se decantó por Dos Oruguitas para representar su producción. La solución no fue tan complicada: añadir un número adicional que además marcaría la primera presentación en vivo del tema.

Esto habría sido un acierto de no ser porque sólo unas semanas antes los organizadores anunciaron que ocho categorías no serían entregadas en vivo, sino antes de iniciar las transmisiones con el fin de hacer una ceremonia más corta y dinámica. Así lo consideró el presidente de la Academia, David Rubin, tras asegurar que la exclusión daría más tiempo para “comedia, números musicales, fragmentos de películas y tributos”.

Las ternas sacrificadas son Edición, Sonido, Música original, Diseño de producción, Maquillaje y peinado, Cortometraje animado, Cortometraje live-action y Cortometraje documental. Un fallo que generó descontento entre el público, pero también entre las élites hollywoodenses que no han dudado en manifestarse.

Tal fue el caso de Guillermo del Toro quien recordó que “hacemos juntos [las películas] y la gente que las hizo con nosotros lo hizo arriesgándolo todo en una pandemia […]. Este no es el año para no escuchar sus nombres en vivo en los Oscar. Éste es el año para cantarlos y cantarlos fuerte”. O Steven Spielberg quien rememoró que “sin John Williams, Tiburón usaría dentaduras postizas. Con West Side Story, cuando Tony está cantando “Tonight” con María, sin [el diseñador de producción] Adam Stockhausen, él estaría […] en un estudio de sonido vacío. Sin la edición, todas mis películas seguirían en los diarios. Todos nos unimos para hacer magia”. Finalmente, Jessica Chastain, quien anunció que no pasará por la alfombra roja para apoyar a su equipo de maquillaje y peinado en un teatro a medio llenar. Se piensa que la decisión de esta última podría generar una oleada de casos similares.

No entiendo por qué a la gente del cine le preocupa tanto si a otras personas les importan los premios que nos damos entre nosotros mismos

Rachel Zegler, protagonista de West Side Story, no podrá unirse a la protesta ya que ni siquiera fue invitada. Esto, hay que decirlo, no fue decisión de la Academia sino que Walt Disney, ya que la organización entrega entradas a los estudios para que los distribuyan como mejor consideren. Esto, sin embargo, es un hecho desconocido por buena parte del público que ha señalado al evento de racista y discriminatorio por excluir a una actriz de origen latino.

Hace apenas unos días que Seth Rogen, quien dicho sea de paso nunca ha sido considerado por La Academia, fue cuestionado sobre el distanciamiento actual entre el Oscar y el público. “No entiendo por qué a la gente del cine le preocupa tanto si a otras personas les importan los premios que nos damos entre nosotros mismos”, declaró. “Tal vez a la gente simplemente no le importa. No me importa quién gane los premios de automóviles. Ninguna otra industria espera que todos se preocupen por los premios que se otorgan entre ellos mismos”. Palabras controvertidas al tratarse del reconocimiento más popular de una industria que desata tantas pasiones como es el cine, pero que no están exentas de razón al ser un certamen que parece tornarse cada vez más selecto. La única certeza es que si los vínculos no se recuperan dentro de poco, podrían alcanzar un punto de no retorno que termine para siempre con el Oscar como lo hemos conocido hasta ahora.

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