Es uno de los triunfadores inesperados de los Juegos Olímpicos de Invierno 2022: la mascota de peluche Bing Dwen Dwen, un oso panda vestido con un prenda de hielo, es un objeto codiciado en las tiendas en China. Algo que incluso ha sorprendido a su creador.
Numerosos ciudadanos chinos forman largas colas delante de los establecimientos oficiales de venta para hacerse con uno de esos entrañables mamíferos de peluche. Y algunos están incluso dispuestos a pagar en el mercado negro mucho más del precio normal de 200 yuanes (31 dólares).
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Un éxito que el jefe del equipo de diseñadores detrás Bing Dwen Dwen, Cao Xue, no llegó a imaginar. "Con la inauguración de los Juegos Olímpicos, evidentemente me esperaba que la gente lo comprase, pero no que llegase a ser tan popular de un día para otro", confesó a AFP. "Se ha convertido en un fenómeno”.
"Guardamos uno como recuerdo para cada uno de los 14 diseñadores (...) Estos últimos días nos decimos que quizá debimos haber guardado más", bromea Cao Xue sobre su peluche, ahora en vías de extinción.
El inicio de los Juegos Olímpicos el 4 de febrero coincidió con las vacaciones del Nuevo año lunar en China, cuando la mayoría de las fábricas del país están de vacaciones. Resultado: existencias agotadas en las tiendas.
Aprovechando la escasez, algunos trataron de revender el juguete diez veces más caro que su valor de mercado. La policía también alerta contra la venta en internet, donde los vendedores desaparecen una vez han recibido el pago por adelantado.
Pero el proceso de creación de la mascota definitiva no fue sencillo.
"Diseñamos decenas de miles de esbozos, pasamos siete meses para concebir y modificar todo eso. En un momento dado incluso abandonamos la idea de tener un panda. Ya que había tantos modelos de pandas en el pasado...", recuerda Cao Xue.
El panda sólo vive en estado salvaje en China, donde es un símbolo nacional. Las autoridades realizan esfuerzos desde hace décadas para evitar su desaparición.
"Al final, al mismo tiempo para nuestro equipo y para el comité de organización de los Juegos, nos dijimos que un panda era la mejor opción posible", apunta Cao, profesor de Bellas Artes en Cantón (sur).
La versión final es un panda sonriente, ataviado con una especie de traje de astronauta transparente, como de hielo, una suerte de combinación de protección útil en tiempos de pandemia.
En internet el éxito es tal que algunos comparten videos de la mascota hecha en casa con raviolis o con pastel de arroz.
Ante la demanda, los organizadores de los Juegos prometieron acelerar la producción. Los medios chinos ya han mostrado reportajes en los que aparecen obreros chinos efectuando horas extras suplementarias en las fábricas.
"Cuando veo a toda esa gente en Pekín lidiando con el frío durante horas haciendo cola, no es sólo para comprar un juguete inanimado", estima Cao.
"Lo que vienen a encontrar es algo a tener en sus manos y que les aporta un poco de calor", añade.