Decisión "escandalosa" e "injusta"
El 86 veces campeón de la ATP, que fue visto en Serbia y España en las dos semanas anteriores a su llegada, alegó un "error humano".
Los australianos soportan desde hace casi dos años algunas de las restricciones más duras del mundo contra el covid-19.
Además, con la perspectiva de elecciones en mayo, el contexto político estaba muy cargado.
En los últimos días aumentó la presión sobre el primer ministro conservador Scott Morrison, al que la oposición laborista ha acusado de "incompetencia".
El gobierno australiano celebró el domingo su victoria legal.
"La sólida política de protección de fronteras de Australia nos ha mantenido a salvo durante la pandemia", dijo el ministro de Inmigración, Alex Hawke, en un comunicado.
"Los australianos han hecho grandes sacrificios para llegar a este punto y el gobierno de Morrison está firmemente comprometido a proteger esa posición", añadió.
Una postura diferente de la del presidente serbio Aleksandar Vucic. "Creen que con diez días de malos tratos humillaron a Djokovic. Se humillaron ellos mismos, Djokovic puede regresar a su país con la cabeza alta y mirar a todo el mundo de frente a los ojos", aseguró.
Para la ATP, que gestiona el circuito profesional masculino del tenis, la decisión judicial "pone fin a una serie de hechos profundamente desafortunados".
Y en opinión del Comité Olímpico Serbio esta "decisión escandalosa" es "una gran injusticia".
Su puesto en el cuadro final del Grand Slam australiano será ocupado por el italiano Salvatore Caruso (150º del mundo).