Extranjeros inamovibles
Atlas alzó el título claro, por su excelente desempeño colectivo, ese que los llevó a los primeros puestos de torneo y les ayudó para disputar las vueltas de la Liguilla en casa, pero también es cierto que las individualidades destacadas ayudaron a conseguir el sueño, y en su mayoría, se trata de jugadores extranjeros.
Empezando por el arquero, el colombiano Camilo Vargas, quien es titular desde el arranque del certamen. En el actual torneo, Vargas fue el mejor portero en porcentaje de remates atajados, en goles recibidos y segundo mejor en goles prevenidos (datos de Statiskicks). Además, detuvo dos penales en la tanda definitiva ante León.
En la central, los dos pilares de Atlas son extranjeros. Anderson Santamaría, seleccionado peruano, y Hugo Nervo, experimentado zaguero argentino.
Desde la fecha inicial del torneo, estos dos defensas eran los titulares. La línea de cuatro de Atlas se fortaleció con sus grandes capacidades y ambos destacaron en un torneo para el recuerdo.
Si bien los laterales son mexicanos, y en su mayoría los sustitutos naturales de ambos centrales también son nacidos en México, la zaga sí se vio diferenciada por el actuar de Santamaría y Nervo.
En la media cancha, la nacionalidad que más se repite para Atlas, es la mexicana. Aquí se consolidaron Aldo Rocha, Ian Torres y Ángel Márquez. Con ellos tres dando salida y siendo la primera línea defensiva, Atlas causó estragos durante el semestre.
En zona ofensiva, de nueva cuenta fueron los extranjeros los que hicieron del Atlas un rival sólido.
Julio Furch, atacante argentino que ya tenía varios años de experiencia en México, y Julián Quiñones, colombiano también con algunos años viviendo en nuestro país, fueron los encargados de orquestar el ataque rojinegro. Combinados, los dos futbolistas aportaron 11 goles.
Furch fue el héroe en todo el torneo, el más querido. Con sus seis dianas en el torneo regular, además del gol ante Rayados en cuartos, el gol ante Pumas en semifinales y el penal definitivo contra León, Furch se aseguró un lugar especial en los corazones de la afición rojinegra.