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Dune: ¿la versión definitiva de la novela inadaptable?

Denis Villeneuve, director de La llegada y Blade Runner 2049, intentará llevar la obra cumbre de Frank Herbert a buen puerto
jue 21 octubre 2021 08:26 AM
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Las varias versiones que buscan convertir a "Dune" en una saga de ciencia ficción de larga duración.

Dune, escrita por Frank Herbert en 1965, se ha ganado con creces un sitio entre las obras cumbre de la ciencia ficción. Cuenta con una enorme base de aficionados equiparable incluso a fenómenos como "El Señor de los Anillos" o "Star Wars", mientras que su legado impreso integrado por más de una veintena de novelas sigue creciendo hasta nuestros días bajo la pluma de otros autores. Más destacada es su ecléctica trama que ha sido catalogada de inadaptable, una etiqueta que no se da a la ligera y que suele ser reservada para las obras maestras de la literatura.

No menos curioso es que esta creencia se mantiene aún cuando la novela ha sido trasladada al audiovisual en un par de ocasiones.

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La historia nos transporta a Arrakis, un planeta desértico sumamente hostil por la falta casi absoluta de agua, el misterio y la brutalidad que rodea a sus habitantes, y los gigantescos gusanos que deambulan bajo las arenas y que son atraídos por el más mínimo sonido. Es también un territorio sumamente codiciado por sus altos niveles de especias, el bien más codiciado de todo el universo y utilizado para alterar el espectro de la consciencia.

Es así como conocemos a Paul, el joven heredero del ducado Atreides que ha sido encomendado con la tarea de proteger y explotar la región. Con todo este poder en juego, no es spoiler decir que la labor de la familia se complica por una serie de intrigas de casas enemigas. Y es aquí cuando todo empieza a complicarse…

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Un mundo peculiar

La premisa de "Dune" es tan clásica que por momentos remite a títulos como "El padrino", en el que distintas familias luchan por el poder. Su inadaptabilidad comienza con su inmersión en el terreno de la ópera espacial, un subgénero sumamente controvertido de la ciencia ficción, pues aunque se desarrolla en naves espaciales y planetas lejanos, no cuenta con bases científicas, sino mágicas e incluso westernianas. Esto ha provocado que algunos puristas descarten su pertenencia al género para ubicarlo dentro del fantástico.

El ejemplo por excelencia es "Star Wars" que se desarrolla en el pasado –la cortinilla inicial inicia con “Hace mucho tiempo…” – y nos introduce con caballeros místicos –los Jedi– que practican una religión ancestral –la Fuerza– para salvar a la galaxia lejana.

Pero el mundo de Frank Herbert es mucho más complejo que el de George Lucas y sobre todo es infinitamente más oscuro. Paul es un joven héroe ansioso por enfrentar a sus enemigos, pero también es un aspirante a ser el místico Kwisatz Haderach cuyas habilidades le permitirán hacer puentes en el espacio tiempo. Su madre, Lady Jessica, pertenece a la orden de las Bene Gesserit que son capaces de ejercer poder sobre los demás con la modulación de su voz. Ambos entrarán en contacto con los Fremen, hijos del desierto y reconocibles por el brillante azul de sus ojos, producto de su alta exposición a la especia. Finalmente el tiránico Barón Harkonnen, con una obesidad extrema que le obliga a usar suspensores para moverse y un cuerpo tan liso y lampiño que le lleva a ser comparado con un monstruoso bebé.

A las profecías milenarias y brujas espaciales se suman muchos otros elementos. La aridez del territorio propicia además tribales que van de dar saliva y lágrimas como máxima prueba de respeto al extraer el agua de los fallecidos para garantizar la supervivencia. Armadas invencibles hasta que se enfrentan al llamado poder del desierto. Una serie de visiones experimentadas por nuestro protagonista y que le muestran una serie de futuros posibles, pero también sucesos ocurridos en tiempo real en distintas partes del universo, en una existencia confusa que invariablemente desemboca en una yihad que debe ser evitada a toda costa. Como toque final la promesa de un mesías que haga caer el agua en las áridas dunas.

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En busca de la versión definitiva

Existen buenas razones para pensar que Denis Villeneuve es el cineasta ideal para la adaptación definitiva de "Dune". Películas como "Maelström" (2000), "Polytechnique" (2009) y "La mujer que cantaba" (2010) demostraron su capacidad para reflejar la complejidad humana. "Enemigos idénticos" (2013) y "Tierra de nadie: Sicario" (2015) le llevaron a enaltecer las emociones con el máximo aprovechamiento del entorno. "La llegada" (2016) y "Blade Runner 2049" (2017) le posicionaron entre los principales referentes del sci-fi contemporáneo. Más importante aún es que la propia pasión que el realizador ha manifestado por Dune le ha permitido comprender las necesidades del proyecto. Estas incluyen un elenco de primer nivel encabezado por Timothée Chalamet, Rebecca Ferguson, Oscar Isaac, Zendaya, Josh Brolin, Jason Momoa, Sharon Duncan-Brewster, Javier Bardem, Dave Bautista, Charlotte Rampling y Stellan Skarsgård, así como una controvertida segmentación de la novela en dos partes.

“No estaría de acuerdo en hacer esta adaptación del libro con una sola película”, aseguró el canadiense en su momento . “El mundo es demasiado complejo. Es un mundo que toma su poder en los detalles”. Una división que permite ahondar en los nobles esfuerzos de los Atreides en Arrakis, así como en su trágica caída y que parece clave para llevar la historia a buen puerto por primera vez en toda su historia. Un esfuerzo que acumula medio siglo de esperanzas y frustraciones.

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Timothée Chalamet lleva un papel fundamental en esta historia épica.

Los planes para llevar "Dune" al cine comenzaron en 1971, pero el primero verdaderamente importante no llegó sino hasta 1975 con la mítica adaptación imposible de Alejandro Jodorowsky. Un proyecto de ensueño que contaría con la colaboración de algunas de las grandes mentes creativas de todos los tiempos como Jean-Girard Moebius, H.R. Giger y Pink Floyd, además de un reparto integrado por David Carradine, Gloria Swanson, Alain Delon, Mick Jagger, Orson Welles y el mismísimo Salvador Dali como el emperador, pero que se tornó insostenible ante sus cada vez más altos costos de producción y su creciente longevidad que en un momento contempló diez horas de duración. Para colmo de males, la noción de que un cineasta tan poco comercial sería incapaz de recuperar la inversión. Los pormenores y detalles del filme que nunca pudo concretarse quedaron registrados en el documental Jodorowsky’s Dune (2013).

Este fracaso, sin embargo, abrió las puertas para la adaptación de 1984 a cargo de David Lynch. Sus tintes surrealistas contribuyeron a su estatus de culto, pero le impidieron ser abrazada por los amantes de la novela original. Más criticada fue su duración de 137 minutos que resultó en un tercer acto precipitado y que ha sido criticado por el propio director. “Probablemente no debí hacer esa película”, declaró luego de conocerse los resultados , “pero vi muchísimas posibilidades para las cosas que amaba y esta era la estructura que debía usar para hacerlas”.

La tercera y última adaptación fue la miniserie del 2000 escrita y dirigida por John Harrison. Cosechó buenas críticas, ganó un par de Emmys e incluso inspiró una secuela, pero su carácter televisivo le condenó al olvido. Los esfuerzos por una nueva versión continuaron por casi 20 años, pero no pudieron concretarse sino hasta ahora.

Estos antecedentes para nada inquietan a Villeneuve, quien se dice listo para comenzar a trabajar en la segunda parte de la historia, al tiempo que se permite soñar con una tercera entrega. “Hay un segundo libro de Dune, El mesías de Dune, que podría ser una película extraordinaria”, declaró en entrevista . “Siempre pensé que podría ser una trilogía. Después de eso, ya veremos. Son años de trabajo y no puedo pensar en ir más lejos”.

Las bases lucen sólidas y las posibilidades de expansión son tentadoras. Pero como ya es una costumbre en la industria contemporánea, todo dependerá de la respuesta del público, que además de cargar con la responsabilidad de la taquilla, deberá decidir si "Dune" preserva la etiqueta de inadaptable o alcanza la gloria definitiva de una vez por todas.

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