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Madres paralelas y su triunfo por la liberación del pezón femenino en Instagram

Aunque la red social se ha disculpado por censurar el póster de Pedro Almodóvar, el objetivo principal aún está lejos.
vie 20 agosto 2021 02:45 PM
Glamorous beauty
Los criterios para las publicaciones en redes sociales pueden ser muy ambiguos.

El pasado 9 de agosto, El Deseo reveló el póster de "Madres paralelas", la nueva película de Pedro Almodóvar. La imagen promocional diseñada por Javier Jaén, también conocido en España como ‘el rey de las metáforas’, es simple pero increíblemente poderosa: un pecho en blanco y negro con un pezón lactante al centro, todo enmarcado por un fondo rojo cuyo corte imita la silueta de un ojo que parece estar llorando. Una imagen, sobra decirlo, sin ningún carácter sexual sino netamente artístico y que remite directamente a la trama de la cinta, sintetizada por el propio cineasta como “la vida de dos mujeres que dan a luz el mismo día y que tienen trayectorias paralelas”.

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Como no podría ser de otra manera en el mundo contemporáneo, y más en el caso de un director con el calibre como el español, el cartel tuvo una fortísima presencia en redes sociales del mundo. Todo parecía ir bien, hasta que numerosos usuarios de Instagram se percataron que sus posts al respecto habían sido censurados por ser considerado “contenido erótico y pornográfico”.

La decisión provocó indignación global. Por la estrechez exhibida desde la matriz Facebook, por la hipocresía de la misma en cuanto a sus políticas se refiere, así como por refrescar una serie de viejos debates sobre el pezón femenino en la red social y que desembocaron en el movimiento Free the nipple (Libera al pezón). Mención aparte para el propio Jaén, quien ironizó sobre la prohibición con la imagen pixelada de una ubre en su propia cuenta.

Al final Instagram cedió a la presión, autorizó el uso de la foto y liberó un comunicado para explicar que “hacemos excepciones para permitir la desnudez en ciertas circunstancias, que incluyen cuando hay un contexto artístico. Hemos restaurado los posts compartiendo el póster de la película de Almodóvar en Instagram y pedimos perdón por cualquier confusión causada".

La decisión fue celebrada por Pedro Almodóvar, quien agradeció el apoyo recibido desde distintos frentes. “Habéis conseguido que las mentes que hay detrás del algoritmo que decide qué es o no es obsceno y ofensivo hayan dado marcha atrás y permitan que el cartel circule libremente. Es una victoria vuestra, una gran victoria”.

Vaya que lo es, pero también es cierto que aún queda un larguísimo camino por recorrer en esta lucha que busca liberar al pezón femenino con su normalización en el imaginario colectivo.

Es una victoria vuestra, una gran victoria

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El algoritmo: sus normas e incongruencias

Las normas comunitarias de Facebook, que repercuten directamente en Instagram y que todo usuario acepta al momento abrir una cuenta, tienen en su capítulo III dedicado a Contenido cuestionable un apartado centrado exclusivamente a Desnudos y actividad sexual de adultos. En este se explica que “restringimos la exhibición de desnudos o actividades sexuales porque este tipo de contenido puede resultar sensible para algunas personas de nuestra comunidad [y] para evitar que se comparta contenido sin permiso o de menores de edad”.

Sin embargo, también se aclara que las políticas sobre desnudos han evolucionado con el tiempo y estos se aceptan cuando son una forma de protesta, buscan generar conciencia sobre una causa o por razones educativas, médicas o artísticas. Se especifica además que “aunque restringimos las fotos de senos femeninos que muestren el pezón, sí permitimos las que representen actos de protesta, a mujeres amamantando activamente y fotos de cicatrices de mastectomías”.

Finalmente, la revisión implica una combinación de inteligencia artificial y reportes de personas encargadas de identificar cualquier contenido que infrinja los reglamentos mencionados.

Toda esta evolución es insuficiente para muchas personas que siguen sin entender las razones por las que los pezones masculinos son vistos con normalidad mientras que los femeninos están estigmatizados. Una diferenciación que repercute en diferentes aspectos de la vida de las mujeres y que alcanzó un punto culminante en 2012 con la preproducción del documental Free the Nipple en el que la directora Lina Esco recopilaba las reacciones de la gente mientras ella hacía ejercicio topless en Nueva York. En otras palabras, como muchos hombres lo hacen a diario.

Los avances del proyecto fueron censurados por Facebook, lo que provocó el malestar de celebridades como Miley Cyrus, Rihanna y Lena Dunham que compartieron fotos de sus torsos desnudos en sus respectivas redes. Esto último provocó una reacción en cadena de incontables mujeres de todo el mundo que hicieron lo propio y que resultó en una protesta abierta contra la censura del pezón femenino que convirtió el nombre del filme en su estandarte.

La polémica no termina aquí, sino que parece extenderse a la cantidad de piel mostrada y los cuerpos de las mujeres implicadas. Ejemplo de ello son Emily Ratajkowski, Cara Delevingne, Kendall Jennner y Lucía Rivera, cuyas fotografía han sido censuradas por Instagram en numerosas ocasiones al exhibir partes o la totalidad de sus pezones, lo que les ha llevado a desafiar al algoritmo con exactamente las mismas imágenes cubiertas por todo tipo de emojis. El sistema lo permite.

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No fue el caso de Nyome Nicholas-Williams o Celeste Barber. La primera es una modelo afroamericana de talla grande que en 2020 subió una serie de fotos de naturaleza artística en donde aparecía abrazándose a sí misma, lo que exhibía parte de sus senos. Fue censurada , lo que le llevó a protestar que "todos los días se pueden encontrar millones de fotos de mujeres blancas muy desnudas y delgadas en Instagram. ¿Pero una mujer negra gorda que celebra su cuerpo está prohibida? Fue impactante para mí. Siento que me están silenciando".

El caso de la segunda es parecido, una actriz de comedia que aprovecha su cuenta para replicar a modo de parodia las fotografías de distintas celebridades, siendo la modelo Candice Swanepoel una de sus “víctimas” de la que emuló un desnudo. Las risas terminaron cuando la mofa fue eliminada por la red mientras que la original se mantuvo intacta. Este hecho hizo que numerosos usuarios se cuestionaran por qué dos fotos con la misma cantidad de piel y la misma posición eran tratadas de forma diferente. La respuesta parecía apuntar a la única diferencia entre ambas mujeres: sus tallas.

El malestar de la sociedad fue tal que obligó a un cambio en las políticas de la red social, que desde entonces permite contenido en el que alguien abrace, ahueque o sostenga sus senos siempre que no sea de un modo potencialmente pornográfico, y pone especial énfasis en no discriminar por tallas ni color de piel.

La inconformidad por la censura del pezón femenino es cada vez más palpable y puede apreciarse en toda clase de ataques directos a la red. Mujeres con torsos desnudos que reemplazan su pecho con el de hombres, o la otra cara de la moneda con varones que apoyan a la causa cubriendo sus pezones con emojis. Mención aparte para la cuenta @genderless_nipples (pezones sin género) que reta abiertamente al algoritmo con close-ups que bien podrían ser de hombres o mujeres. “Querido Instagram, ¿por qué no intentas adivinar qué pezones puedes borrar? ¡Buena suerte!”.

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