Clasificar a Juegos Olímpicos, sin importar la disciplina en la que te especialices, es una proeza. Competir contra atletas de todo el mundo para acreditar tu pase a la máxima competencia deportiva es sin duda una de las hazañas más difíciles de completar, solo detrás de conquistar alguna presea en las competencias. Con la sumamente alta dificultad expuesta, es más sencillo percibir el valor de los atletas que se colocan entre los diez primeros lugares olímpicos.
Los atletas se preparan cuatro años –o cinco, en el caso particular de esta edición-, con los sacrificios, esfuerzos e inversión que eso requiere, solo para competir por algunos instantes y así intentar dejar en alto el nombre de su país y marcar su nombre para siempre en la historia olímpica. Solo los primeros tres lugares reciben una medalla y miran sus banderas izar, pero los cuartos lugares, esos atletas que rozaron la gloria olímpica, a pesar de estar fuera del podio destacan en sus generaciones.
México suma siete cuartos lugares en lo que va de la justa olímpica, y en palabras del presidente del Comité Olímpico Mexicano, Carlos Padilla, son buen augurio: “... esta generación seguramente estará en el podio en París 2024, son muchos años en los que se han estado preparando y da gusto que se consoliden”. Naturalmente, si los caminos y procesos se siguen desarrollando con el mismo esfuerzo y dedicación, el siguiente ciclo olímpico les representará a los atletas una nueva oportunidad de superarse.