Si hay que aclarar que Escravidão es una serie documental sobre la esclavitud es porque los testimonios ahí recabados bien podrían ser el argumento de películas de terror. La realidad, como siempre, supera la ficción.
En el serial de HBO , que se transmite los miércoles a las 21:00 horas, revela que no son necesarios los grilletes y cadenas para mantener a una persona en condiciones de esclavitud.
Tal es el caso de Renata Gabriela, una mujer que vivió privada de su libertad durante 15 años. Durante este tiempo, la mujer que la tenía en custodia la sometía a un sinfín de torturas físicas, como quemarla, y psicológicas, como mantenerla encerrada durante el funeral de su madre.
Dirigida por Bruno Barreto, estos testimonios son reales, vigentes y afectan, como siempre, a las clases marginadas. También demuestran que la práctica se ha diversificado.
“En cada episodio hay un tema central. En el primero es la cultura de la esclavitud: los hacen sentir como en familia y es promiscuo”, ejemplifica Barreto.
El segundo episodio de la serie producida y codirigida por Marcelo Santiago habla sobre cómo inició la esclavitud y desentraña los orígenes.
“El tercero es más una reflexión sobre la dinámica de la esclavitud y el cuarto es sobre la globalización”, adelanta Barreto, “y finalmente está el sexo en la esclavitud. Hay un gran pensador brasileño que se llama Roberto Freire y el dice que no hay esclavitud sin intoxicación sexual porque el poder lleva al abuso sexual”.
El serial nació luego de que el director leyera el libro Pisando fora da própria sombra, de Ricardo Rezende Figueira sobre la batalla contra la esclavitud que inició en Brasil a mediados de los 90.
“Espero que la gente sea movida. Creo que la mejor forma y la más eficiente para crear empatía es mover a alguien. Si de alguna manera mueves a alguien, la empatía es instantánea. Creo que después de ver el documental vas a estar más consciente de la condición humana, sobre cómo tratas a la gente que no tiene el mismo privilegio, vas a estar más consciente de la inequidad. ¿Cuál es la solución a la esclavitud moderna? Sí, la policía y el ministerio público, pero eso no va a resolver el problema. El problema es la inequidad, la brecha entre los ricos y los pobres”, reflexiona Barreto.
