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A 90 centímetros del suelo: la ruta de Luis Alberti hacia el Ariel a Mejor Actor

Luis Alberti trabajó varios años, sobre unos zancos, repartiendo volantes en la calle; ahora es el ganador del Ariel a Mejor Actor por 'Mano de Obra'.
mié 18 noviembre 2020 03:55 PM

Hace casi una década, Luis Alberti se subió al metro en hora pico. Estaba enfermo, sudaba. En una mano sostenía una jaula con un gallo y en la otra, un par de zancos porque acababa de repartir volantes en el Estado de México, bailando, disfrazado, a 90 centímetros del suelo. Se dirigía al Teatro Galeón para dar una función, junto a Marina de Tavira, de la obra Por el gusto de morir bajo el volcán, inspirada en la novela Bajo el volcán, de Malcolm Lowry.

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“Ese fue mi trabajo durante mucho tiempo, animando fiestas de quince años o repartiendo volantes en la calle, mientras me abría camino como actor. Me gustaba mucho y le tengo mucho cariño por todo lo que significó”, dice Luis en entrevista con Life and Style.

Sin embargo, los rechazos en las audiciones y un futuro incierto como actor lo llevaban al límite. Como ese día, en el que se bajó del escenario de esa obra en la que interpretaba a un gallero, sintiendo escalofríos por la fiebre. “Recuerdo que ese momento fue el más complicado, porque hacía castings y no pasaba nada. Esa noche me bajé del escenario con temperatura, lloraba, y pensaba: ‘Dios, ayúdame yaaa, por favooor, ya la tengo que hacer como actor’”.

Llegó a ese punto porque años atrás, su madre, Alicia, le dijo que dejara de perder el tiempo estudiando administración y apostara por la actuación si en realidad era lo que le apasionaba. Su apoyo vino también con una constatación dura: “Sé que es muy fácil morirse de hambre siendo actor, así que yo solo te pido que seas el mejor”, le dijo su madre.

Estudió en la Casa del Teatro y su maestra Rocío Belmont fue clave para que Alberti rompiera su mala racha en las audiciones, y por fin consiguiera su primer papel importante en Carmín tropical (2015), la película de Rigoberto Pérezcano que le valió su primera nominación al Ariel como mejor actor secundario. Luis le pidió a Belmont que diseñaran en conjunto un taller para entender cómo funciona el proceso de casting, qué buscaban y qué podía ofrecer él.

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“Hacer eso cambió todo, porque antes no me quedaba en nada”, recuerda. “Entendí que ir a un casting era dimensionarme como un producto que yo mismo vendo y que alguien valora”. Cuando le avisaron que interpretaría al antagonista de este drama, le habló a su madre, llorando, para decirle que su carrera iba a cambiar.

Luis Alberti
Antes de ganar el Ariel a Mejor Actor por Mano de Obra (2020), Luis estuvo nominado a este mismo premio, pero en la categoría de Coactuación Masculina, por Carmín Tropical (2015).

Solo que ese cambió demoró, porque Carmín tropical, tras un proceso de dos años de posproducción, tuvo su premier en el Festival de Morelia en 2014 y se estrenó comercialmente un año después. La espera fue larga. En ese lapso siguió haciendo teatro y trabajando en zancos y esperando oportunidades, como su coprotagónico en Eisenstein In Guanajuato (2015), filme del cineasta galés Peter Greenaway que lo llevó al Festival de Berlín.

“Fue como de 0 a 100, de repartir volantes en la calle a la Berlinale, una fantasía que viví de forma muy plena, aunque no tenía un quinto”, dice Luis, quien detalla que para poder ir a Alemania le pidió prestado dinero a un amigo, a otro unos pantalones térmicos para no morir de frío y a otro más, vestuarista, un atuendo para la ocasión.

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En esa época tomó una decisión estratégica que incluso a su representante le sorprendió. “Luis, pero si tú me habías dicho que no querías hacer tele”, le dijo ella. “Tú búscame un buen personaje que me genere entrevistas en cadena nacional”. Así consiguió el rol de Brandon López en la serie de Rosario Tijeras (2016-2019).

Su presencia se potenció aún más cuando consiguió el protagónico en la serie Bronco (2019), interpretando al cantante Lupe Esparza, algo que confiesa no llamó su atención en un principio. “Me llamaron al casting y no fui. ‘¿Yo? ¿Lupe Esparza? No, eso no va salir bien’. Pero cuando me di cuenta...”, dice y se lleva las manos a la cabeza, “No seas tonto, ¡ese es el personaje que has estado esperando! Ya no me contestaban en la empresa de casting, así que fui a tocarles la puerta y me quedé”.

Tras conseguir popularidad, el ansiado reconocimiento en cine llegó el 27 de septiembre. En casa de los padres de Luis hicieron fiesta para la ceremonia virtual del Ariel. Había una alfombra roja y una lona detrás de ella en la que aparecía la imagen del premio. Cuando se enteró de que ganó como mejor actor por Mano de obra, su madre lo abrazó, lo felicitó y le dijo: “¿Entonces significa que ya eres el mejor, hijo?’”, recuerda Alberti, casi a punto de llorar. “Pues por lo menos ahorita, de este año, sí. Pero ahí vamos, mamá”.

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