Una consola pequeñita
La Xbox Series S es la consola más pequeña que Microsoft ha sacado al mercado a lo largo de su historia y es la primera 100% digital, ya que no cuenta con unidad de disco, por lo que tanto los juegos, como las películas que quieras ver desde ella tendrán que ser comprados en línea o por medio de algún servicio de streaming como Netflix o Prime Video.
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La consola tiene un diseño que le da un aspecto moderno y que luce muy bien tanto de manera vertical como horizontal gracias a sus 27 cm de largo. En la parte frontal encontrarás únicamente un botón de encendido, el botón de sincronización de los controles y accesorios y un puerto USB.
En la parte superior hay un llamativo círculo negro que sirve como ventilación, pero que después de una hora de juego aproximadamente comenzó a ponerse caliente al igual que la parte inferior.
La Series S es una opción que incluso parece portátil, no al grado de la Nintendo Switch, pero su tamaño la hace fácil y ligera de transportar de un lado a otro.
Su almacenamiento
El almacenamiento sí importa y más si esta consola está enfocada en los juegos digitales. Uno de los puntos menos atractivos de la Xbox Series S es su capacidad de 512 GB que además se ve reducida debido a que la instalación del sistema operativo te dejará únicamente con 364 GB libres.