La trama de Borat Subsequent Moviefilm: Delivery of Prodigious Bribe to American Regime for Make Benefit Once Glorious Nation of Kazakhstan es aún más absurda y políticamente incorrecta que su predecesora. En esta ocasión, Borat —el periodista kazajo de mentalidad retrógrada y comentarios y preguntas políticamente incorrectas que mostraron el racismo, antisemitismo y xenofobia de Estados Unidos hace 14 años, al hacer un reportaje sobre el american way of life— ahora vuelve a esa nación con el objetivo de ofrecer en matrimonio a su hija Tutar, de quince años, al vice presidente Mike Pence y luego al ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani.
Una vez más, a lo largo de la travesía por Estados Unidos, Borat va desenmascarando la filosofía de los americanos, sólo que esta vez se centró en los votantes de Trump. Este mockumentary es una clase de improvisación de Sacha Baron Cohen, pues con sus preguntas y comentarios que harían clausurar programas de televisión en Estados Unidos, va pintando un gran retrato contemporáneo de Estados Unidos durante la pandemia, en la que americanos republicanos le confiesan que Hillary Clinton aterroriza a niños y luego extra su adrenalina para inyectarse y creen que China inventó el coronavirus.
Al filmar este nuevo falso documental improvisado, Sasha Baron Cohen se dio cuenta que su alter ego del periodista kazajo, que viste un traje celeste y luce un bigote anacrónico, seguía siendo reconocido en las calles. Su fama la estorbaba y amenazaba la continuidad de su proyecto, pero ara resolverlo, el comediante inglés disfrazó a Borat para que la película fuera viable, algo que resta potencia a la historia. Es como de pronto verse forzado a no ver al protagonista.