Tras el estreno, activistas señalaron en redes sociales la mención a ocho organizaciones dependientes de las autoridades de Xinjiang, incluida la oficina de seguridad pública de la ciudad de Turfán (ubicada en la región autónoma), además del departamento de publicidad del Partido Comunista en dicha área geográfica.
Por el momento, Disney no ha comentado sobre la polémica.
Xinjiang es una región autónoma ubicada en el noroeste de China donde, desde hace varías décadas, confluyen diferentes conflictos entre los que se citan un movimiento separatista, la influencia del islam radical, ataques terroristas y abusos contra minorías étnicas.
Este verano, abogados representantes de la minoría musulmana uigur en el exilio presentaron un escrito en la Corte Penal Internacional (CPI) contra el presidente de China, Xi Jinping, y otros altos funcionarios de Pekín por supuestos crímenes de lesa humanidad.
Por su parte, el ministro chino de Exteriores, Wang Yi, aseguró la semana pasada durante una rueda de prensa en Berlín que los supuestos campos de reeducación se tratan tan sólo de programas para desradicalizar islamistas "como los que llevan a cabo otros países".