Una copia de la obra conocida como Inmaculada de Soult, del artista barroco Bartolomé Esteban Murillo, fue víctima de una fallida 'restauración', la cual fue encargada por el coleccionista privado que la posee.
Un restaurador de muebles le cobró a dicho coleccionista la cantidad de 1,200 euros por 'limpiar' las imagen, sin embargo, el trabajo no fue lo que se esperaba y el rostro de la Virgen María quedó irreconocible a pesar de dos intentos de restaurarlo a su estado original, según explica el diario inglés The Guardian.