Los cines en China proyectarán sus éxitos nacionales a falta de estrenos
Aunque el gobierno chino ha permitido la apertura de los cines, dada la contingencia a nivel mundial que ha retrasado varios estrenos, las cadenas recurrirán a sus blockbusters nacionales.
Parece que la película de terror que ha sido la pandemia del coronavirus en China está llegando a su fin. El gobierno del gigante asiático, tras registrar un número mínimo de nuevos contagios comunitarios, ha decidido reabrir algunas salas de cine.
Hasta este miércoles, 17 salas se encontraban en operación, sin embargo, debido a que los grandes estudios de cine han decidido posponer sus blockbusters, la cartelera es limitada.
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Ante esta problemática, la industria china —el segundo mercado más importante para el cine— ha decidido reproyectar los blockbusters nacionales más exitosos de la última década: Wolf Warrior 2 (2017), The Wandering Earth (2019), Wolf Totem (2015), Dreams in China (2013), así como el exitoso drama independiente libanés, Capernaum (2018), que fue una gran sorpresa de taquilla en ese país al recaudar 54 millones de dólares (mdd).
Las medidas que el gobierno impuso a las empresas dueñas de salas de cine es que para seguir con la regla de distanciamiento social, exista cuando menos un asiento vacío entre un espectador y otro, así como la portación obligatoria de mascarillas y la toma de temperatura antes de ingresar al lugar.
Las salas de cine chinas cerraron desde el 23 de enero para contener la crisis sanitaria, que hasta el momento ha infectado a más de 80,000 personas y cobrado la vida de más de 3,000.
Dado lo anterior, varias de las películas nominadas al Oscar, como Jojo Rabbit, Little Women, Marriage Story (disponible en Netflix) y 1917, no pudieron ser exhibidas.
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Richard Gelfond, CEO de Imax, empresa líder en la industria con 700 pantallas en el mercado chino, cree que este es un avance alentador. “Estoy esperanzado que para junio, aunque esto es una cuestión biológica, las cosas serán más o menos normales por allá”, explicó a The Hollywood Reporter.
El gobierno chino aprobó un acuerdo con las cadenas de cine para que se queden con el 100% de cada ingreso, que generalmente era dividido de la siguiente manera: 43% para los dueños de los derechos de la película, 51% para la sala de cine y el resto para impuestos gubernamentales.