El creador de ‘El Chapo’ explica por qué admira al capo mexicano
El director y guionista mexicano José Manuel Cravioto, showrunner de la serie de Netflix El Chapo, sabe que decir que admira a Joaquín Guzmán Loera es políticamente incorrecto. Sobre todo si lo hace en esta semana en la que el ex líder del Cártel de Sinaloa fue sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos —más 30 años por crímenes violentos y otros 20 más por lavado de dinero—, por lo que permanecerá aislado hasta el fin de sus días en una cárcel de máxima seguridad en Colorado. Pero igual lo afirma sin titubear porque su discurso no se basa en la provocación, sino en haber analizado a este personaje desde distintas perspectivas.
“De alguna manera, El Chapo es un personaje carismático, un antihéroe mexicano. A nivel personal, al haber trabajado en la serie basada en su vida, te puedo decir que como mexicano puedo entender sus ambiciones y el lugar al que llegó”, explica J.M. Cravioto, en exclusiva a Life and Style, creador de las tres temporadas de El Chapo, serie de Netflix. “Incluso te podría decir que lo admiro por el lugar que un mexicano alcanzó… aunque sea por el lado malo, llegó a esas ligas, esos niveles. Pero qué lástima que sea haciendo algo ilegal”.
La lógica del discurso de Cravioto es que, desde una perspectiva como cineasta, la vida del El Chapo es “una historia de éxito” y por eso se ha convertido en un ícono nacional. “Lo es porque, imagínate, es un mexicano que nació en un pueblo que carecía de servicios básicos, en el que murió la mitad de su familia por falta de buena alimentación y falta salubridad, de derechos básico”, señala el también creador de Olimpia, su nueva película que aborda desde una perspectiva humana el movimiento estudiantil previo a la masacre del 2 de octubre de 1968. “Entonces, es increíble ver hasta dónde llegó un hombre que creció en un contexto carente de derechos básicos: quitando la manera fuera de la ley en la que lo logró, es una hazaña. Lo hizo mal, a punta de plomo, pero de cierta manera es una historia de éxito”.
Para Cravioto, también realizador de la serie Diablero (2018), El Chapo es la figura que representa el crimen organizado en México, pero es sólo la punta de un iceberg. “Él es para mí una pieza que representa un todo. Con esto quiero decir que tendrían que ser también juzgados todos los demás culpables que, junto con él, permitieron el tráfico de sustancias que hasta el momento son ilegales”.
Es, también desde su perspectiva, una figura que fue sólo posible debido al contexto sociopolítico de México. “Hay un sistema que le permitió ese éxito y lo navegó por cuarenta años. Esta admiración, y quiero que esto quede bien claro en el contexto, no es decir, “¡arriba el Chapo!”. Se trata de verlo desde otra perspectiva: ¿qué pasaría si esa energía de un joven como él hubiera sido encausada de otra manera? Es decir, si un niño que creció en esas condiciones puede llegar hasta donde lo hizo, haciendo algo ilegal, quizá pudo haber alcanzado el éxito en la medicina o la ciencia”.
Joaquín Guzmán, quien según la revista Forbes acumuló una fortuna de mil millones de dólares , demuestra que es importante que en el México rural existan mejor educación y servicios básicos para garantizar que los jóvenes talentos no obtén por el camino de la ilegalidad. “Hay que darse cuenta que hay talento en lugares que merecen mejores condiciones de vida y oportunidades. Porque, por ejemplo, hay mucha gente que tiene las mejores condiciones y oportunidades que vive aquí en la Roma y no van a llegar a ser ni de lejos lo que él dentro de la legalidad. El ejemplo de El Chapo es que si un niño al que se le muere la mitad de su familia por no tener servicios básicos llega a estos niveles, significa que lo pudo haber logrado en otros ámbitos legales”.
Más allá del Chapo
Para José Manuel Cravioto, la sentencia que recibió Joaquín Guzmán Loera es un desenlace con una carga moral. “Al final no me parece excesiva su condena, me parece que forma parte de un sistema penal legal, así funciona la ley en Estados Unidos. Es el cierre de una historia en el que se muestra en el que si sabes que vas a tomar ese camino, éstas pueden ser las consecuencias: es un llamado a la sociedad de mostrar cuál es el castigo”.
Sin embargo, el director mexicano, quien debutó con Mexican Gangster (2012), aplicar otra óptica para darle un sentido más amplio a lo que significa su cadena perpetua como condena. “Pero yo llevaría la conversación en otra dirección: ojalá que se legalice la droga y así ya no haya más Chapos. Que se legalicen la mayoría de las drogas y que mejor ese dinero, que se emplea en la lucha contra los cárteles, se invierta en programas y políticas públicas de prevención, salud, educación y deporte”.
El próximo filme de Cravioto es Olimpia, protagonizado por Nicolasa Ortiz Monasterio, Daniel Mandoki, Luis Curiel y Diego Cataño, reconstruye desde la óptica de jóvenes estudiante los eventos previos a la masacre del 2 de octubre de 1968. Este drama, que estrenará en septiembre, tiene la peculiaridad de ser realizado mediante rotoscopia, técnica en la que artistas de la UNAM intervinieron cuadro por cuadro para darle una textura parecida a la de un cómic a la película.