Razones por las que debes ver 'Vice'
¿Resulta irrisorio que un electricista pueda convertirse en vicepresidente de los Estados Unidos? Lo es aún más que la vida política mundial, y las relaciones internacionales, dependieran de un hombre.
Hablamos de Dick Cheney, quien fuera el segundo al mando de la nación más poderosa durante el mandato de George W. Bush y cuya vida inspira la cinta Vice .
Contar este pasaje real en la historia requería investigación, precisión y –por supuesto- una forma para ser contada en pantalla grande .
El director, Adam McKay, lo logró y la Academia lo reconoció con ocho nominaciones al Oscar, incluidas Mejor Actor de Reparto, Mejor Actor, Mejor Director, Mejor Guión y Mejor Película.
¿Por qué? Aquí te explicamos los grandes logros de esta cinta, que se estrena hoy en el país .
Mejor Guión
Tras ver esta película , uno queda devastado. ¿Cómo puede un solo hombre reunir tal inteligencia y desarrolla tanta habilidad como para manejar, desde donde hay menos reflectores a todo una nación? ¿Cómo logra alguien ser más poderoso que un presidente? Con un guión cómico, irreverente y perfectamente ensamblado, McKay lo explica. El gran acierto es que la historia se mueve en varias épocas y se ve interrumpida por escenas cómicas y burlonas.
Mejor Actor de Reparto
Steve Carrel es experto en hacer reír, pero en esta ocasión no sólo es por su experiencia como comediante, sino por su gran trabajo actoral en drama. Aquí combina ambos. Pasa de ser un político cínico y poco escrupuloso a la victima de un ego y ambición más grande que la propia. Todo esto reflejado en una interpretación sutil pero precisa.
Mejor Actor
Lo primero que salta a la vista es el sobrepeso de Christian Bale para interpreter a Dick Cheney, pero esto es apenas la superficie. Sí, ganó 45 libras de más (unos 99 kilos), pero esto era el principio. El mismo actor reveló que nunca antes había estudiado tanto un personaje: sus maneras, gestos, forma de hablar, incluso las clases de historia.
Mejor Director
Uno puede tener los mejores ingredientes, pero simplemente no saber cocinar. El gran acierto de Adam McKay fue no dejar en ningún momento que la historia, irrisoria de por sí, llegara a lo burdo. Son desagradables los tejes y manejes de la clase política y cómo los civiles y hasta los ejércitos son simples piezas de ajedrez, pero había que ser cuidadosos con no llevarlo al extremo. Así se cuido que no hubiera sobreactuaciones, que el guión se entendiera, que las imagines embonaran.
Mejor Película
Otra cosa que entendió Adam McKay fue el momento que vivimos. En tiempos en los que Donald Trump quiere construir un muro fronterizo, en el que se le acusa de conspirar con Rusia, en el que se sospecha intervensionismo de Estados Unidos aprovechando la crisis en Venezuela, esta cinta resulta una lección.