¿Cómo es un día en la vida de Jean Claude Van Damme?
En la memoria de muchas generaciones hay una carpeta reservada para el apodado 'JCVD'. Ahí, en ese espacio nostálgico, conviven patadas, giros marciales, splits, leotardos y mucho honor (y... más patadas). Ahí, entre los Steven Seagal, los Chuck Norris y los Michael Dudikoff, vive un karateka belga que hoy está de regreso, con la serie de Amazon Jean-Claude Van Johnson, para demostrarnos que la fuerza de un verdadero artista (más allá de las patadas) radica en un solo lugar: saber reírse de uno mismo.
Jean Claude, leí en una revista de karate que tú fuiste maestro de Chuck Norris, ¿él lo acepta?
No fui tanto como su maestro, sino como un compañero de lecciones. Yo iba a casa de Chuck y entrenábamos un poco, hasta que un día me invitó a Filipinas para trabajar en el filme Missing in Action y tengo que decir que ahí me gané uno de los grandes regaños de mi carrera, ya que me arriesgué a brincar cerca de un helicóptero sin darme cuenta y casi muero. Chuck es un gran hombre.
¿Cuál es tu primer recuerdo del cine?
Mi padre me llevó a ver Lawrence de Arabia. Ésa sería la primera imagen relacionada al cine que tengo.
Fuiste héroe de muchas generaciones... ¿quién fue el tuyo?
Tengo que decir que el Tarzán de Johnny Weissmüller. Lo admiraba mucho en mi infancia. Yo era un niño asustadizo y mi imaginación era salvaje, así que me sirvió como un ejemplo para retarme a superar mis primeros miedos.
¿Cómo llega un karateka belga a trabajar a Estados Unidos?
En una convención en mi país conocí a Kirk Douglas y platiqué un poco con él y me dio su tarjeta. Yo era muy inocente y creí que ése era mi boleto a la fama, así que viajé a Estados Unidos y lo busqué. Él fue el único que me recibió en mi intento de hacer una carrera. Después de ahí, todo fue lucha y paciencia.
Se cumplen 30 años del lanzamiento de 'Contacto Sangriento', ¿qué tan importante es para ti?
Lo que hizo por mí es impactante. Me empujó e hizo que empezará mi carrera. Es mi punto de partida.
Viendo la primera temporada de tu nueva serie, Jean-Claude Van Johnson, pareciera que es muy divertido ser Van Damme.
Es divertido, sí. Pero también me siento muy solo. Es un arma eterna de doble filo y más cuando la nostalgia está de por medio. Es como mirar por un espejo retrovisor todo el tiempo y así pasan los accidentes.