El pasado 18 de agosto, durante el festival Lowlands celebrado en Holanda, Sam Carter, vocalista de la banda de metalcore
,Inmediatamente, el intérprete detuvo el show y contó al público lo que había sucedido. “Vi a una chica, una mujer, haciendo crowdsurfing por aquí, y no voy a señalar al maldito pedazo de mierda que lo hizo, pero te vi agarrándole el seno. Lo vi. Es asqueroso y no hay lugar para esa mierda. No es tu maldito cuerpo y no tocas a alguien así. No en mi maldito show... Continuemos con esto, mantengamos este lugar seguro para todos y pasémosla bien”.
'So, i've been going over in my f*cking mind about whether I should say something about what I saw during that last song....'
— NPO 3FM (@3FM)
Sin embargo, no es la primera vez que sucede un incidente de este tipo. Hace unas semanas, Brendan Ekstrom, líder de Circa Survive, se fue del escenario después de presenciar cómo una mujer era hostigada durante la presentación.
Y aún hay más, durante el festival Lovebox y el
de junio de 2017, se reportaron cuatro violaciones y 23 ataques sexuales, lo que trajo como consecuencia la cancelación del festival para 2018.Los incidentes han sido tan constantes que en mayo de este año comenzó una
–AIF, por sus siglas en inglés– que tiene como objetivo crear conciencia en este tipo de eventos, alegando que todo acto debe hacerse con previo consentimiento; además, también promueve la cero tolerancia contra los ataques de índole sexual.Por otra parte, Emma Kynckare, una comediante sueca, organizará un festival "libre de hombres" para 2018. ¿Podrá ser esta la solución, o sólo enmarca las ‘diferencias’ de género, así como el miedo hacia este tipo de actos y eventos?