Revive paso a paso lo que sucedió en el regreso de 'Game of Thrones'

A diferencia del arranque de la temporada anterior, que en los primeros cuatro episodios no quedaba claro hacia donde iba el rumbo de la historia y carecieron de intensidad, el inicio de la séptima temporada de Game of Thrones fue como un juego de ajedrez con una apertura agresiva. Las piezas se movieron rápidamente y, dado que esta entrega será de sólo siete episodios, todo indica que este será el tono que nos espera.

Sin tiempo que perder, el capítulo “Dragonstone” abre con algo que los fans esperaban desde el final de la cuarta temporada, que Arya por fin ajuste cuentas con quien le quitó la vida a su madre y hermano en el trágico episodio “La Boda Roja”. Pero más que justicia, al dar un discurso y ver cómo todos caen envenenados uno a uno, Arya muestra su lado más oscuro: la venganza la hacer sonreír. Será interesante ver si este personaje logra conservar su esencia o es cegada por este sentimiento. (Además, el cameo de Ed Sheeran resultó divertido, sobre todo cuando Arya le dice que no conoce esa canción y él dice que es nueva: pareciera casi que está haciendo un comercial camuflado sobre su nuevo disco en la vida real).

En cuanto a esa delgada línea entre la justicia y la traición, Sansa está en un sitio similar al de su hermana pequeña. La pelirroja en su sed de ¿justicia? contradice a su hermano Jon Snow, ahora el Rey del Norte, frente a todos sus súbditos, al pedirle que castigue a las casas que traicionaron a los Stark; pero Jon —que quizá por el hecho de ser bastardo y tener sólo la mitad de sangre Stark, parece tener más cordura y pensamiento racional— se muestra inteligente y deja en claro que es magnánimo y sabe que para ganar la guerra debe de sumar y no restar en estos momentos. Sin embargo, ese juego de poder y filosofías distintas entre los hermanos Jon y Sansa puede resultar interesante si es explotado a lo largo de la temporada.

Recapitulando, en los primeros 20 minutos quedó claro que las Stark están pensando con las entrañas; mientras que Jon —que finalmente está a punto de reunirse con su medio hermano Bran, quien ojalá tenga la misma cordura que él—, está actuando con la cabeza, una muestra más de que puede ser un gran rey. Él sabe que su situación es compleja porque están entre la espada y la pared porque en el norte, sólo separados por la muralla, se acerca el ejército de los White Walker y, al sur, Cersei lo amenazó al pedirle que se arrodillara ante ella.

Lo que Jon no sabe y los espectadores descubren cuando entran en escena Cersei y Jaime Lannister, es que aunque ella está en el trono sólo cuenta con el apoyo de tres reinos. Los Lannister en realidad están solos y son quizás más débiles que nunca. Jamie se lo deja en claro a Cersei, pero ella ya había tomado cartas en el asunto y por eso coquetea en el sentido emocional y político con Euron Greyjoy, quien le resulta atractivo por su poderosa flota.

La rivalidad entre Jamie y Euron seguro también será un elemento que será bien explotado en esta temporada: basta recordar la cara que puso el manco Jamie cuando escuchó que éste le propuso matrimonio a Cersei y le dijo que tenía “dos manos” que ofrecerle. Un golpe bajo el cinturón, que visiblemente le pegó en el orgullo. El final de esa escena siembra una duda muy intrigante: ¿cuál será ese regalo que Euron le hará a Cersei para que ella lo acepte? ¿Intentará capturar a Tyrion Lannister, su hermano enano a quien ella ve como un traidor por ser la mano derecha de Daenerys y a quien acusa de haber envenenado a su hijo Geoffrey?

En las temporadas pasadas, Sam ha venido ganando protagonismo y el arranque de esta temporada apunta a que cobrará aún más importancia ahora que está trabajando en la biblioteca, pues hay que recordar que información es poder y él ya descubrió dónde hay grandes reservas de “vidrio de dragón”, ese material con apariencia de obsidiana que es Kryptonita para los White Walkers. El hecho de verlo rodeado de libros también hace más viable esa teoría que afirma que Sam será al final el gran narrador de toda la historia de Game of Thrones.

Quizá la crítica respecto a este episodio es lo poco o casi nada que se mostró de Daenerys, a quien sólo vemos llegar a su respectivo trono y estar lista para planear la estrategia junto a Tyrion. Su escena, comparada con la de los otros personajes principales, se quedó corta en intensidad e información; sí fue muy espectacular ver a los tres dragones volando junto a ella, pero los fans habrían preferido escuchar un diálogo revelador entre ella y su mano derecha, Tyrion… pero ya habrá tiempo para eso.