Conoce la historia de Charles Wepner, el verdadero Rocky Balboa
A Charles 'Chuck' Wepner le apodaban 'El Sangrador de Bayonne' por una sencilla razón: una vez que se subía al ring sus cejas no paraban de sangrar (y Bayonne en honor a su pueblo natal). En verdad, no había manera de que saliera limpio del ring. Todo lo contrario. Él era una garantía de que el cuadrilátero quedaría lleno de sangre y los guantes del rival también.
En sus 51 peleas, ganara o perdiera, siempre era así (su marca es de 35 ganados, 14 perdidos y dos empates) y ese era su sello de identidad, mismo que terminó por cautivar a Sylvester Stallone, el 19 de marzo de 1975, cuando presenció la sorpresiva pelea entre Wepner y el campeón vigente de los pesos pesados, Muhammad Ali.
Sin duda, un día que cambió la historia de ambos para siempre ya que para Wepner esa pelea, en la que logró tirar a Ali en el noveno round (y en la que tenía 37 años de edad), se convirtió en su boleto a la fama y en su pase para el respeto del mundo del boxeo, tras hacerle una oposición digna a un Ali que llegaba de vencer y recuperar su cetro frente a George Foreman. Mientras que para Sylvester Stallone se convirtió en el día en el que encontró la historia y al personaje que lo llevaría también a la fama, el respeto y varios Oscar.
"Chuck era un boxeador que todos consideraban una broma. Todos pensábamos que Ali lo destrozaría enseguida. No había nadie que afirmara lo contrario. En realidad, la apuesta giraba en torno a qué tanto castigo soportaría y cuánto dolor podía soportar. Así que me senté tranquilo a presenciar el combate junto a una masa de espectadores hambrientos de sangre. La verdad, él ni siquiera lucía como un boxeador y el espectáculo era muy triste, hasta que llegó la gran sorpresa: Wepner le aguantaba la pelea y de repente, lo tumbó. No lo podíamos creer. La gente enloqueció y comenzó a apoyar a Wepner. Se ganó el corazón de todos por su entrega y dignidad y nos puso a pensar: "Si él puede, todos podríamos". Fue una lección de dignidad que me hizo pensar inmediatamente en llevar la historia al cine y así comenzó Rocky", cuenta Stallone al periodista William Baer.
Aún con las apuestas 30 a 1 en contra, Wepner le mostró al mundo que podía pelear por su opción a fracasar a su manera (y por los 100 mil dólares que le ofrecieron). A ser derrotado con la frente en alto y con Ali aplaudiéndole la entrega, la fuerza y la garra para mantenerse de pie, un hecho que casi logra, ya que fue hasta los últimos 19 segundos del último round que Ali pudo derrotarlo.
"Un ancho bloque de corazón y sueños, uno de los últimos peleadores de clubes, de esos que te dan todo lo que tienen, que convierten al ring en un mar púrpura y siguen pidiendo más... ese es Wepner". Así lo definía Sports Illustrated, como un peleador de esos que ya no se hacen: de puro corazón. Un luchador que, de acuerdo con Stallone, le permitió crear a un ícono de todos los tiempos y uno de los personajes más emblemáticos en la historia del cine.