Conoce a los 14 grandes maestros de LEGO
Hay 14 hombres en el mundo que demostraron que armar bloques LEGO no es un juego de niños. Se trata de un grupo selecto de "grandes maestros", los jedi de los pequeños ladrillos de plástico con los que se han reproducido obras como el esqueleto del dinosaurio T-Rex, La Mona Lisa de Da Vinci, El Grito de Munch y El Pensador de Rodin, así como estructuras detalladas del Castillo de Disney y el Coliseo de Roma, hasta un busto de Pelé, un Andy Murray de cuerpo completo y un coche de Fórmula 1.
Hombres comunes y corrientes que han hecho realidad el sueño de muchos, despertando envidias y admiración por todo el mundo. Hablamos de los LEGO Certified Professionals, aquellos fans entrañables de estas piezas que hoy pueden presumir que viven de su más grande pasión: jugar con LEGO.
Esta comunidad es parte de un programa de la compañía creada en 1932 por el danés Ole Kirk Kristiansen, en el que se transforma la pasión por la construcción y creación con ladrillos de LEGO de los aficionados, en una profesión de tiempo completo. LEGO, en su página web, aclara que no son empleados de la compañía, pero asegura que sí son oficialmente reconocidos como parte del grupo y socios de negocios.
De acuerdo a la empresa, estas 14 personas fueron elegidas para formar parte de la comunidad por su alta competencia en la construcción, su entusiasmo por los bloques de LEGO y el sistema de construcción, así como por su acercamiento profesional con otros fans. Ingenieros, comediantes, programadores, matemáticos, arquitectos, emprendedores. Estos hombres son el ejemplo perfecto de que sí se puede vivir de los sueños de la infancia.
Dirk Denoyelle, por ejemplo, es un comediante belga que se graduó como ingeniero en micro electrónica, romántico de las matemáticas y amante de los idiomas –habla seis–, pero además es uno de los 14 profesionales certificados y un “Adulto Fanático de LEGO” (AFOL) –una denominación que nos reafirma que esto no se trata de un juego sólo para niños–.
Él obtuvo su primer juego LEGO cuando tenía siete años y hoy tiene cerca de tres millones de piezas en su estudio. Para resumir su experiencia como parte de este selecto grupo dijo en una entrevista al Wall Street Journal: “A veces sueño con las piezas, sueño que me las como... y saben a chocolate”.
El hombre que saborea las piezas ha hecho el rostro de Chaplin y el de Dalí en tercera y segunda dimensión, así como el de decenas de personalidades europeas y uno que otro desconocido que le ha pedido algún retrato de su familia hecho con estos juguetes.
Su caso es muy similar al de Sean Kenny quien públicamente se ha dicho afortunado por ser un “niño profesional”, la referencia que usa para decir que vive de jugar con LEGOS. Él es un amante de los bloques. Sean explica en su página personal que él tenía un trabajo normal, usaba traje todos los días y tenía una oficina en un gran edificio de Park Avenue, en Nueva York, pero que su cerebro no pertenecía ahí. Entonces llegaba a casa a jugar todo el tiempo con las piezas de LEGO, actividad de la que ahora vive. Entre sus obras está la recreación del estadio de los Yankees con 45 mil piezas de LEGO, incluidos los pequeños jugadores y un público diminuto, en aproximadamente 1.5 por 2 metros de dimensión.
Como ellos, Nathan Sawaya, quien se ha ganado un lugar como artista contemporáneo, gracias a las obras que ha creado con los 2.5 millones de piezas de LEGO que tiene a su disposición. Él tiene dos estudios, uno en Los Ángeles y otro en Nueva York, desde este último puede observar por la ventana el edificio en donde trabajaba hasta 2014, cuando viró su vida para convertirse en Maestro Constructor. “Siempre pensé en grande, yo estaba buscando el arte y LEGO me dio la oportunidad de encontrarme como artista”, dijo ante la cámara de la CNBC, durante una entrevista por sus múltiples exposiciones de figuras humanas hechas con los bloques. “LEGO es usualmente usado para construir aeronaves y autos, pero empecé a pensar en el arte contemporáneo del mundo, pensé en la forma humana porque incluso le puedes poner emociones dentro del trabajo artístico y así llevarlo a otro nivel”.
Matija Puzar, de Noruega, tiene una forma de describir su experiencia y la de sus compañeros. Él dice que aunque los LEGO son utilizados la mayoría del tiempo como juguetes, son en realidad un válvula de creatividad. “Hay muchas cosas que se pueden hacer con las piezas de LEGO, en serio, nuestra imaginación es el propio límite". Su misión, enfatiza en su perfil, es difundir la alegría por los ladrillos entre la población adulta. Él es programador de profesión y junto con sus conocimientos y su ingenio ha puesto su propio sello en este arte, lo que lo caracteriza es que hace que cada uno de sus diseños cobre vida, ya sea con movimiento o iluminación propia.
El canadiense Robin Sather asegura que comenzó a coleccionar, jugar y construir LEGO cuando era muy pequeño... pero nunca paró. Él creó una comunidad de fans en su país y ha estado activo en ese mundo durante 20 años, en el desarrollo de su trayectoria creó la compañía Brickville DisignWorks en la que usa LEGOS para producir eventos, exhibiciones y oportunidades educativas para todas las edades.
A pesar de la diversidad de perfiles e intereses, todos tienen en común que recuerdan el primer contacto que tuvieron con estos elementos y que nunca dejaron de armar. Aunque algunos como el británico Duncan Titmarsh lo redescubrieron. Su historia dice que a los 22 recibió uno de ellos como regalo, lo que significó el inicio de una amplia colección que despertó su inspiración. Entre sus modelos famosos están un mapa de Londres y el estudio de la BBC. Desde entonces tampoco dejó de armar.
El gigante de la juguetería ha ido sumando a los mejores profesionales en la materia a lo largo de la historia y anualmente acumula cientos de solicitudes de personas interesadas en formar parte del selecto club. Si el candidato es aceptado no se convierte automáticamente en un profesional certificado, sino que ingresa a un proceso de preparación, comenzará a trabajar en el mercado local y la empresa definirá si es válido invertir o no en esa persona. El proceso dura aproximadamente dos años y una vez que se obtiene el título se tiene que trabajar por conservarlo.
La mala noticia es que en la actualidad la compañía no está reclutando perfiles para convertirlos en profesionales certificados porque, según lo dijo Tanja Friberg responsable del programa AFOL en una entrevista con El Español, en la actualidad no hay una necesidad en los mercados, pero que en cuanto se detecte que es necesario lanzarán la convocatoria.
Los mercados activos han logrado que en lugares como China y Japón se tenga uno de estos embajadores. Como ejemplo está Jumpei Mitsui, el más joven de los Maestros Constructores. Japonés, estudiante de la Universidad de Tokyo, está difundiendo las ilimitadas posibilidades de construir con LEGO entre las generaciones más jóvenes. Su especialidad es la construcción de esculturas relacionadas con animales, caricaturas y estructuras. Mientras que Andy Hung se convirtió en el primer chino declarado profesional certificado por el gigante de la juguetería. Él trabajó de tiempo completo con LEGO en sus estudios en Hong Kong y Beijing.
En total son 14 personas que convirtieron su utopía en realidad, que pelearán por defender su título y sobre todo, que dejarán abierta la válvula de creatividad para seguir deleitando al mundo con su arte.