La última publicación de Chris Cornell daba señales de suicidio
Si pensamos en Chis Cornell, ¿contemplamos al músico con destellos geniales o a un pobre diablo atormentado que posteó un último mensaje romántico en Facebook antes de colgarse con un lazo de la bañera?
Parecía una noche común: la noche del 17 de mayo, Chris bajó del escenario luego de una tocada en el Fox Theatre Detroit, se dirigió hacia su hotel MGM de Detroit, tomó el ascensor y en seguida se perfiló hacia su habitación. Nadie contaba con que Chris preparaba su última acrobacia, el suicidio.
La agencia de noticias, The Asociated Press, confirmó este terrible hecho que la policia de Detroit había pronosticado después de encontrar el cuerpo del músico en un hotel de la ciudad.
Chris Cornell quizá no fue tan grande como Jim Morrison ni como Hendrix. Tampoco igualó los dramas de Ian Curtis ni de Sid Vicious ni, mucho menos, de Kurt Cobain, pero tras de sí ha dejado un puñado de canciones que condensan su recuerdo. Como la ahora inmortal “By Crooked Steps”, la rola con la que se despidió de este mundo, cuando posiblemente manipulado por su espíritu autodestructivo, decidió postear en su página personal. Cornell todavía tuvo la paciencia de escribir en el post: “I'm the shape of the hole inside your heart”, parte de la letra de la canción que bien puede ser una especia de mensaje suicida dedicado a quien amó y fue, a su esposa, la publicista Vicky, con la que tenía dos hijos: Toni, niña de 12 y Christopher, de 11, en caso de que las investigaciones confirmen el suicidio.
Su mujer Vicky, dados los problemas de alcoholismo de Chris, llamó a un amigo en común en Detroit, porque su marido no respondía sus llamadas. En seguida, el “amigo” fue al MGM de Detroit y con la ayuda de policías lograron abrir la puerta. Ante ellos, la escena del último show de Cornell: el cuerpo inerte. Aquello era la instantánea del último vuelo del líder de Soundgarden.