¿En qué ayudó la visita de Conan O'Brien a México?
En medio del desierto un sudoroso hombre pelirrojo y pálido vestido de traje se acerca con una maleta de ruedas a un puesto fronterizo mexicano. Identificándose como Conan O'Brien, presentador del late night Conan en TBS, los agentes de aduanas lo miran con incredulidad antes de argumentar que no quieren “bad hombres”. Este es el gag que utilizó uno de los presentadores más destacados del panorama americano para abrir su show titulado Conán –sí, con acento– without borders: Made in Mexico con la intención de dar réplica a la ola de racismo desatada por el presidente Donald Trump contra el país y, de paso, criticar aquel famoso muro.
Así, el programa fue grabado en los estudios de Televisa en San Ángel y, pese a que esta cadena no sea muy conocida por criticar al gobierno mexicano ni a las élites, se dejaron escuchar algunas bromas sobre Carlos Slim –Conan lo comparó con el muñeco de Pringles o con Trump, si este último "fuera un empresario exitoso"– o Enrique Peña Nieto. Especialmente notorio fue cuando la comediante Sofía Niño de Rivera explicó que Trump había hecho que los mexicanos “se olvidaran por un momento que tenían el peor presidente de la historia”.
Grabado con un equipo y una audiencia totalmente mexicano, Conan cambió hasta la banda que suele tocar con él por los sinaloenses Calibre 50, conocidos por tocar narcocorridos. Los invitados también aprovecharon su tribuna para dejar ver su descontento. El primero, el actor Diego Luna, tomó veladoras de mezcal junto al presentador al grito de “¡Viva México!”, antes de criticar el racismo.
Sobre su papel más reciente en Rogue One: A Star Wars Story, contó una anécdota sobre el padre de una amiga suya, mexicano en San Diego, “no se podía creer que su acento y cultura estuvieran representados en una película de Star Wars” y concluyó que, para él, “esto se trata de medicina en estos tiempos”. A esto, Conan replicó que viviendo en Los Angeles, sabe que “mucha gente en los Estados Unidos adora a los mexicanos, esto –lo de Trump– es sólo una mala representación”. Finalmente, ambos concluyeron con unas palabras de Diego Luna: “Podemos luchar contra la ignorancia a través del amor y debemos asegurarnos que las historias de la gente deportada sean contadas”.
El segundo entrevistado varió un poco de tono y quizás fue menos carismático que Luna, se trataba del expresidente mexicano Vicente Fox. Tras ser introducido por Conan como alguien que pasó del sector privado al público como presidente, al igual que alguien que todos conocemos, Fox entró al plató regalándole unas botas con el mensaje “No f****ing wall” a Conan.
A partir de entonces, se dedicó e a conversar más con Trump que con su entrevistador. Así, durante toda la conversación, el expresidente volteaba a hablar con aquel fantasma presente con máximas tales como: “No pagaremos por ese p***o muro” o que “si se mete con los mexicanos, acabará pagándolo”. Consecuentemente, O’Brien recordó a Fox que “Trump probablemente había cambiado de canal hacía rato”. Además, Vicente Fox recordó que el republicano podría estar ardido respecto a su proyecto no aprobado de una Torre en el Golfo de Cortés, en Baja California. Tras sacar unas enchiladas como metáfora, su último mensaje fue pintar pito al mandatario americano, olvidándose nuevamente de su incómodo interlocutor.
No obstante, se dejaron ver diversos estereotipos, manejados carismáticamente por Conan, sobre la cultura mexicana. Estos iban desde jugar al futbol en compañía de Giovani Dos Santos, practicar lucha libre como el “Pollo loco” junto a Andy “El bebé malo” Richter –eterno sidekick del programa–, interpretar a un vendedor de quesos menonita en la telenovela Mi adorable maldición, cocinar con Aquiles Chávez del restaurante Sotera o ser padrino en unos quince años. Destacable fue su paseo en el que pedía donaciones para el muro, algo que cualquier presentador podría haber fallado miserablemente y de lo que él salió airoso.
En conclusión, el conductor supo llevar a cabo un programa infalible en arrancar alguna risa, como sólo él sabe hacer, y cumplió sus promesas a través del humor. Aún así, no se puede olvidar que se trata de un showman con empresas detrás como Televisa, encargada de coordinar prácticamente una visita de estado exclusiva de ellos, y, aunque fuera de una forma no tan frontal como muchos quisieran, evidenció problemas que aunque los mexicanos sepamos, puede que en los Estados Unidos no…
Puedes ver fragmentos del programa aquí .