¿Qué ha obligado a la Academia a sumar a las minorías en los Oscar?
Me lo imagino así: un consejo de ancianos que discute –más bien defiende– por qué las personas de color blanco son nominadas a un Oscar por encima de cualquier otra etnia en el mundo y que luego pasa a definir por qué las mujeres que se nominan tienen siempre que ser las esposas, madres, novias, amigas de alguien, porque sin un hombre a lado –incluso en la mera ficción– no son nadie. Qué debate tan acalorado. Ya en 2015 la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (Academy of Motion Picture Arts & Sciences) se volvía el foco de atención como reflejo de la realidad estadounidense, un ente que parece tolerar la participación de las minorias más por la presión social que por la convicción en la igualdad.
¿Pero de dónde viene toda este debate? Surgió cuando se analizó que en las nominaciones difícilmente se reconoce el talento de gente no blanca y de mujeres, salvo en el caso de actuación que tienen un apartado específico para el género femenino. En 2015, cuando comenzó a surgir el #Oscarsowhite, de los 127 nominados, 102 eran hombres con una edad promedio de 51 años, peor aún del total de elegidos sólo nueve eran no blancos. El mensaje no tuvo tanta fuerza, pero se retomó en 2016 por las cifras tan similares.
Fue entonces que no se pudo evitar mirar a las personas encargadas de elegirlos y cruzar los datos. En 2015, 9 de cada 10 miembros de la Academia eran blancos, la cifra se repetió en 2016; de ellos el 77% eran hombres. ¿Casualidad?
Vayamos un poco más atrás. La Academia se fundó el 11 de mayo de 1927 con la finalidad premiar los mejores filmes de Hollywood, justo en la era en la que el 30 presidente de Estados Unidos, Calvin Coolidge, dijo: "América debe conservarse americana. Las leyes biológicas demuestran que los nórdicos se deterioran al mezclarse con otras razas". Sí, hablamos en esa época previa a que comenzara la lucha por los Derechos Civiles, aquella en la que había viviendas, escuelas, transportes, hoteles, restaurantes y hasta lavabos para separar a la población y evitar que el hombre blanco se "contaminara" del afroamericano.
Presenting our newest class of Oscar nominees! #OscarsLunch pic.twitter.com/timunCWy4S
— The Academy (@TheAcademy) February 7, 2017
Y así la Academia continuó durante años y años, defendiendo esta especie de supremacía blanca en el cine, aún con los cambios en la ley y todos los avances internacionales en materia de derechos humanos. La bomba explotó el año pasado, al grado que Cheryl Boone la presidenta de la Academina, de raza negra, se comprometió a "grandes cambios" para evitar la exclusión racial en las siguientes nominaciones, con la meta de que en 2020 se duplicaría el número de mujeres y personas de diversas razas. También se comprometió a integrar jurados que aproten una mayor diversidad a la institución.
La crítica internacional puso el dedo sobre este ente encargado de premiar, pero otros como la tres veces nominada al Oscar, Viola Davis, han dicho que el problema real está en el sistema de producción de películas de Hollywood.
Un análisis del Huffington Post pone en evidencia el tipo de roles que se interpretan en las películas de acuerdo al género. Para las mujeres, la mayoría de los papeles, van de ser madre, esposa, hija o novia del protagónico, unas tantas consiguen un papel de un personaje histórico y luego están aquellas que interpretan a una mujer enferma, discapacitada o que enfrentan desafíos en la vida. En tanto que los hombres, actúan en primer lugar papeles históricos, personajes con desafíos en la vida como enfermedades o bien, son abogados o militares.
Por otra parte, la representación femenina en otras categorías de nominación se concentra en roles como: diseño de vestuario, maquillaje y peinado (aunque la mayoría de los nominados de este año son hombres 5 contra dos mujeres), diseño de producción, canción original y edición de película (sólo una mujer). Pocas o ni una en rubros como fotografía, dirección, música cinematográfica, guión adaptado, guión original, sonido y efectos visuales.
Este año, la Academia ha tratado de hacer un esfuerzo por colocar mayor diversidad en las nominaciones. En materia de actuación, por ejemplo, Denzel Washington y Ruth Negga pelean por llevarse el premio a mejor actor/actriz contra puro rival blanco; mientras que como actores secundarios, Mahershala Ali, Dev Patel, Viola Davis, Naomie Harris y Octavia Spencer sacan la cara por etnias diferentes a las que la Academia nos tiene acostumbrados.
Pero tampoco hay que emocionarnos. Una cosa son las nominaciones y otra que esto se refleje en ganadores. Hasta entonces sólo ocho afroamericanos han sido acreedores a un Oscar. ¿Podrá aumentar la lista este año tras la presión social?