La historia detrás del icónico cartel de Trainspotting

Todos lo recordamos, un cartel panorámico con tonos naranjas que muestra a los cinco protagonistas de la película en blanco y negro. Así, numerados, #1 Begbie, #2 Diane, #3 Sick Boy, #4 Spud y #5 Renton aparecen en poses desafiantes. Sin embargo, los nombres que figuran al lado siempre fueron los de los personajes, no los de los actores. Para ver estos, uno debía fijarse en las diminutas letras de la parte inferior. ¿Por qué? Porque en Trainspotting (Danny Boyle, 1996) lo importante nunca fueron los actores, sino quién eran en el filme.

Los encargados de este póster y de una campaña gráfica muy efectiva fueron los británicos Mark Balmire y Rob O’Connor, ambos reconocidos diseñadores en la actualidad. En un principio, se les pidió imitar una imagen promocional de The Beatles juntos pero se negaron en rotundo.

Según ellos, tenían una mejor forma para capturar el espíritu de la subversiva y capital novela de Welsh –descrita por Danny Boyle, director de la cinta, como El Ulises de Joyce en los 90–: la individualidad. En el libro, cada uno de los personajes tiene su propio punto de vista, al contrario que en la película, en la que sólo vemos el de Renton. Además, al ser un gran poster panorámico, la mayoría de cines europeos tuvieron que voltear la imagen o utilizar aquellas individuales.

Quizás fue algo arriesgado al tratarse de actores desconocidos en el momento, pero sus fantásticas interpretaciones lanzaron sus carreras a un ascenso meteórico. No obstante, hubo un actor que se quedó fuera: Kevin McKidd, quién interpretaba a Tommy, no pudo asistir a la sesión fotográfica por encontrarse de vacaciones. Quizás por eso la fama le llegaría más tarde y en menor grado que al resto.

La prueba definitiva de que esta campaña fue un acto de genialidad es que las imágenes promocionales de la secuela, que se estrena el 27 de enero en Reino Unido y el próximo 28 de marzo en México, son una reinterpretación directa de las del 96. Si algo no está roto, no lo arregles…